Incontinencia urinaria: la afección común que afecta en silencio a miles de personas

Se estima que más de un 25 % de la población adulta sufre algún grado de incontinencia urinaria, aunque sigue siendo un tema silenciado.

incontinencia urinaria
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La incontinencia urinaria es una alteración que afecta a millones de personas en todo el mundo, tanto a mujeres como a hombres. A pesar de su elevada prevalencia, sigue siendo un problema rodeado de silencio, muchas veces por vergüenza, estigmas sociales o falta de información. El impacto en la calidad de vida es profundo: condiciona la vida social, el trabajo y hasta el bienestar emocional de quienes la padecen.

Distinto tipos, distintas soluciones

En palabras de la Dra. Almudena Coloma, especialista en urología femenina y funcional del Servicio de Urología del Hospital Ruber Internacional, “las formas más habituales que tratamos en mujeres son la incontinencia de esfuerzo, la de urgencia y, con frecuencia, una combinación de ambas, conocida como incontinencia mixta”.

La incontinencia de esfuerzo se manifiesta en situaciones cotidianas como toser, reír o realizar ejercicio, mientras que la incontinencia de urgencia aparece como una necesidad repentina e incontrolable de orinar. Ambas, solas o combinadas, condicionan profundamente la vida diaria.

El proceso diagnóstico comienza con una historia clínica detallada, cuestionarios validados y un diario miccional que ayuda a entender la frecuencia y el patrón de los escapes de orina. Una de las pruebas más sencillas, pero igualmente determinante, es el conocido “test del pañal”, que permite cuantificar de forma objetiva la pérdida.

La Dra. Coloma subraya que “la exploración física es determinante, especialmente para valorar el estado del suelo pélvico, la presencia de prolapsos y la movilidad uretral”. A estas evaluaciones se suman pruebas complementarias como el análisis de orina, la ecografía o la flujometría. En casos complejos, el estudio urodinámico ofrece una caracterización precisa del comportamiento de la vejiga y permite orientar mejor el tratamiento.

Primeros pasos

El abordaje de la incontinencia suele empezar por las medidas poco invasivas. “Modificaciones del estilo de vida, control de irritantes vesicales y ejercicios del suelo pélvico guiados por fisioterapeutas especializados son muy eficaces, sobre todo en casos leves o moderados”, señala el Dr. Carlos Balmori, especialista del mismo servicio de Urología del Ruber Internacional, dirigido por los doctores Antonio Allona y Juan Ignacio Martínez-Salamanca.

En la incontinencia de urgencia, el tratamiento puede complementarse con fármacos específicos que ayudan a controlar la hiperactividad vesical. Cuando las medidas conservadoras no son suficientes, existen opciones avanzadas. La Dra. Coloma explica que “en mujeres con incontinencia de urgencia refractaria usamos terapias locales para reducir la hiperactividad de la vejiga o la neuromodulación. Para la incontinencia de esfuerzo, las cintas suburetrales tipo TOT o TVT ofrecen excelentes resultados con una recuperación rápida”.

La incontinencia en hombres: una realidad frecuente tras cirugía prostática

Aunque a menudo se asocia más a mujeres, los hombres también padecen incontinencia urinaria, especialmente después de intervenciones como la prostatectomía radical por cáncer de próstata. También puede presentarse incontinencia de urgencia, generalmente vinculada a una vejiga hiperactiva secundaria a obstrucción prostática crónica.

El Dr. Balmori destaca que “aplicamos el mismo rigor diagnóstico que en mujeres, incluyendo historia clínica, exploración física y estudio urodinámico cuando es necesario”. En estos casos, la primera línea de tratamiento incluye la fisioterapia del suelo pélvico —fundamental tras una cirugía— y medicación cuando existe urgencia. En situaciones más graves, la cirugía se convierte en una opción clave: “el esfínter urinario artificial sigue siendo el tratamiento de referencia para la incontinencia severa postprostatectomía. En casos moderados, optamos por implantar slings masculinos”, aclara el especialista.

Avances tecnológicos y abordaje integral

Los avances médicos han permitido desarrollar dispositivos más eficaces y menos invasivos. “Tecnologías como la neuromodulación sacra o tibial se están consolidando como alternativas eficaces en determinados perfiles”, señala el Dr. Balmori, quien también destaca la mejora en los esfínteres urinarios artificiales, cada vez más ergonómicos y funcionales.

La clave está en el abordaje integral y multidisciplinar. La Dra. Coloma lo resume así: “trabajamos en estrecha colaboración con fisioterapeutas, ginecólogos, geriatras, psicólogos y nutricionistas para ofrecer una atención personalizada. Esta coordinación multiprofesional mejora notablemente los resultados”.

Romper el silencio

Más allá de la tecnología o los tratamientos quirúrgicos, los especialistas coinciden en que la incontinencia urinaria no debe normalizarse. Existen múltiples soluciones eficaces y seguras para recuperar el control y la calidad de vida.

“No están solos ni deben normalizarla”, concluyen los doctores, insistiendo en la importancia de buscar ayuda y no resignarse a convivir en silencio con un problema que tiene tratamiento.

En hospitales como Quirónsalud, los equipos médicos especializados en suelo pélvico trabajan con un enfoque integral, que combina diagnóstico personalizado, tratamientos innovadores y apoyo emocional. Recuperar la confianza y la calidad de vida es posible, y el primer paso empieza por hablar del problema.

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