La harina y el azúcar: ¿son igual de perjudiciales?
La harina y el azúcar son dos ingredientes básicos en nuestra cocina. Sin embargo, su consumo en exceso puede tener riesgos. Toma nota.
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En tiempos de coronavirus han salido a relucir los talentos reposteros y panaderos de todo el mundo. De hecho, la venta de harinas se ha disparado en las últimas semanas, lo cual lleva a preguntarse, ¿es la harina tan perjudicial como el azúcar? Como todo en la vida, lo realmente perjudicial es comer en exceso, por lo que consumidos con moderación no deberían representar ningún problema. Además, en el mercado hay numerosas opciones para sustituir los ingredientes por otros un poco más saludables.
Alimentos hechos con harina: ¿son perjudiciales para la salud?
La harina en sí es un alimento que contiene interesantes propiedades que pueden ser beneficiosas para la salud en general; el problema viene de lo refinada que puede ser este ingrediente. En este sentido, es importante destacar que la harina está compuesta por salvado, germen y endospermo. Hay que recordar que el germen es una buena fuente de ácidos grasos, vitaminas y minerales.
El salvado, por su parte, es vital para regular el tránsito intestinal, ya que es prácticamente pura fibra y además de buena calidad. El riesgo puede venir del endospermo, compuesto por almidón, el cual no es otra cosa que un polímero de la glucosa. El endospermo, por su parte, ocupa aproximadamente el 80% del grano de trigo.
Para que la harina pueda ser refinada, se le quita la parte correspondiente al germen y al salvado, dejando únicamente al endospermo. La razón detrás de ello es la fecha de caducidad de los productos, y es que, si se utilizara la parte del germen y el salvado, la harina se estropearía mucho más rápido.
¿Harina o azúcar?
El almidón se termina convirtiendo en glucosa, y si bien las células necesitan glucosa, también es cierto que cuando hay en exceso, ésta termina almacenada como grasa. Cuando se simplifica la estructura del almidón, termina por tener un comportamiento sumamente similar al que tiene el azúcar en nuestro organismo, de allí la comparación entre ambos elementos.
Entonces, ¿cuál es la solución? En primer lugar, es importante destacar que cuando los alimentos son consumidos con moderación no tienen por qué ser nocivos para la salud, independientemente de su naturaleza. Aún así, si lo que se busca es cuidarse un poco más, siempre se pueden optar por opciones mucho más saludables.
Las harinas integrales, en este sentido, son una gran alternativa y aunque den un poco más de trabajo en el momento de la elaboración, bien valdrá la pena el esfuerzo. Siempre se pueden buscar opciones que sean igual de ricas, pero un poco más saludables. De igual forma con el azúcar, se puede reducir su consumo y buscar sustitutos más naturales.
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