Los grandes mitos y verdades de la pasta al descubierto
La pasta es un imprescindible de todas las cocinas del mundo.
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La pasta es un imprescindible de todas las cocinas del mundo. Un ingrediente al que recurrimos si queremos disfrutar de una comida rápida y deliciosa. Unos espaguetis con tomate y queso pueden estar listos en unos minutos, haciéndonos disfrutar de un plato sencillo y delicioso. Sobre la pasta se han escrito ríos de tinta, especialistas en nutrición y cocineros de todo el mundo se han puesto de acuerdo para descubrir los mitos que rodean este ingrediente.
La pasta al descubierto: Grandes mitos y verdades
- Nunca se cuece con aceite. Por mucho aceite que le pongas al agua de la cocción no sirve de nada. La pasta solo necesita agua y sal. El aceite se quedará en la superficie y no cambiará la cocción. Lo único que marcará la diferencia es que removamos bien la pasta hasta que esté en su punto.
- Escurrimos la pasta mal. Aprovechar el agua de su cocción para la salsa le dará un sabor mucho más uniforme a cualquier receta. Ponerla bajo el grifo con un chorrito de agua fría no hará que esté mejor, al contrario. Eliminará el gluten que le da un sabor y una textura de lo más necesaria.
- Cada pasta tiene su salsa. Elegir la salsa es casi tan importante como el tipo de pasta. No solo a nivel de sabor, también en cuanto a calorías. Hay salsas mucho más grasas y menos, en función de lo que necesitemos en ese momento o de la ocasión podremos elegir. Pequeños trucos nos ayudarán a conseguir un resultado perfecto con la pasta ya cocida.
- La pasta no engorda. No importa que sea integral o no, simplemente tendrá como resultado un número de calorías concretas. La integral es más fácil de digerir y aporta la fibra necesaria para hacerlo. Cien gramos de pasta son unas 360 calorías, solo hervidas, sin la salsa. De esta cantidad un 70% serían hidratos complejos y solo un 10% proteínas, lo bueno es que apenas aportará grasa.
- La salsa es lo que aportará la grasa. La pasta no lleva grasa, pero sí la salsa. El problema principal de un plato de pasta es la cantidad de grasa que le añadiremos a la preparación. No usar queso, un ingrediente muy graso y combinarla con verduras puede ser la solución ideal para disfrutar de un plato de pasta especial.
- No la trajo Marco Polo de China. Este falso mito cae por sí solo, la pasta es anterior a las expediciones italianas a oriente. Una película de Hollywood sobre este famoso comerciante es el que provoca la confusión. En realidad, fueron los árabes los que introdujeron la pasta en Sicilia, uno de sus enclaves en el mediterráneo. Desde esta isla se extendió por toda Italia y todo el mundo.
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