El ejercicio aeróbico mejora los síntomas de Parkinson
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La práctica de ejercicio aeróbico de manera continuada puede frenar el avance de la enfermedad de Parkinson, un trastorno del sistema nervioso. Se refiere sobre todo a una actividad moderada-intensa que permita incrementar la temperatura del cuerpo, que haga sudar y canse. Entre ellas se encuentra el uso de máquinas elípticas o caminar, señala el neurólogo Eric Ahlskog. En este artículo te damos más detalles sobre por qué el ejercicio aeróbico mejora los síntomas de Parkinson.
Este profesional asegura que los ejercicios de equilibrio y de estiramientos resultan de gran ayuda con los síntomas comunes de la enfermedad como son la alteración de la postura, la rigidez muscular o los movimientos lentos. En la lucha por combatir el avance de esta patología, se llevaron a cabo distintos estudios científicos que desvelan que la actividad aeróbica mejora los factores que pueden desempeñar un efecto protector sobre el cerebro. En gran parte esto es así debido a que el ejercicio aeróbico libera unas proteínas cerebrales que reciben el nombre de factores tróficos, que presentan un comportamiento muy parecido al de los fertilizantes que se echan sobre el césped, explicó el neurólogo.
La actividad deportiva contribuye a mantener las conexiones cerebrales y evitan la atrofia cerebral que provoca el Parkinson y el envejecimiento del cerebro. Este profesional aseguran que las prácticas de fisioterapia deben incluir un entrenamiento en ejercicios aeróbicos y fomentar un acondicionamiento físico para este tipo de enfermos.
Al margen de que se sufra o no esta patología, el doctor Ahlskog explica que la rutina de ejercicios aeróbicos supone un duro trabajo y un compromiso constante, por lo que antes de empezar a practicar cualquier tipo de deporte es preciso consultar con el médico. En más de una ocasión se ha dicho que cuando se vaya a comenzar una actividad física lo aconsejable sería realizarse una prueba de esfuerzo para descartar posibles dolencias cardíacas.
Este médico señala que lo adecuado es incrementar el ritmo e intensidad de manera gradual, a partir de los 15 o 20 minutos. Asegura que “la vida es un maratón, más que una carrera a toda velocidad”. Es preciso fijarse objetivos, como puede ser hacer 45 o 60 minutos de actividad vigorosa durante cuatro días a la semana, además de deportes que gusten como pueden ser la escalada o el ciclismo.
Este neurólogo cuenta que no hay ningún programa que se adapte a todas las personas por igual, por lo que se hace necesario exponer las distintas alternativas de ejercicio aeróbico. Para tratar de esquivar el mal de Parkison recomienda a los pacientes que se esfuercen al máximo. En esta enfermedad, puede resultar beneficioso hacer ejercicio de manera repetitiva e incrementar de manera progresiva la cantidad de repeticiones.
Para que el programa de ejercicios resulte eficaz es preciso colaborar de manera directa con el médico para optimizar los medicamentos. Una vez que se consigue ralentizar los efectos de la enfermedad habría que regular la administración de estos fármacos para mejorar la calidad de vida y facilitar la práctica de ejercicio físico.