Portavoz del Partido Popular en el Parlamento Europeo

Dolors Montserrat: «Apostamos por una Unión Europea de la Salud con el enfoque One Health»

pandemia
"El paciente ha de estar en el centro de todas las decisiones de esta UE", afirma.

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La crisis del Covid-19 ha supuesto un desafío sin precedentes para la Unión Europea, que ha tenido que hacer frente a una emergencia sanitaria, social y económica de gran magnitud. ¿Qué lecciones se pueden extraer de esta experiencia y cómo prepararse mejor para el futuro? Estas son algunas de las cuestiones que aborda el informe sobre la pandemia que ha liderado la eurodiputada del Partido Popular (PP) Dolors Montserrat, portavoz de la delegación española del Grupo Popular en el Parlamento Europeo.

Como ponente del informe sobre la pandemia, Montserrat ha analizado y propuesto soluciones a la crisis mundial desde una perspectiva global, con recomendaciones snitarias, socio-económicas e institucionales. Su objetivo es contribuir a que Europa esté mejor preparada ante futuras emergencias y a que se garantice el funcionamiento de los parlamentos nacionales y el control parlamentario durante las situaciones de excepcionalidad.

En esta entrevista para OKDiario, Montserrat nos habla de las propuestas que plantea el informe para reforzar los pilares de la Unión Europea y proteger los derechos de los ciudadanos. También nos cuenta los detalles de su trabajo como eurodiputada y las claves para afrontar el futuro con más seguridad y confianza.

Pregunta- ¿Qué objetivo tiene el informe sobre la pandemia y qué dimensiones aborda?

Respuesta- El Parlamento Europeo creó esta comisión especial para que, a partir de las lecciones que nos dejó la pandemia, seamos capaces entre todos de crear una amplia hoja de ruta para que Europa cuente con unos pilares sanitarios, sociales y económicos más fuertes y más resistentes ante cualquier amenaza. No nos hemos limitado a analizar y proponer soluciones a la crisis sanitaria, pues la crisis provocada por el Covid tuvo muchas más implicaciones. El informe comprende un enfoque global de la crisis mundial de múltiples dimensiones, con recomendaciones sanitarias, socio-económicas, institucionales y sobre libertades y derechos civiles.

P.- En el informe que ha liderado como ponente, se destaca la importancia de que las cámaras nacionales y el control parlamentario sigan funcionando durante las emergencias. ¿Podría explicarnos por qué es fundamental mantener el funcionamiento de estas instituciones en situaciones de crisis como la pandemia?

R.- Así es, desde el Parlamento Europeo pedimos a los países que garanticen el control parlamentario a las medidas y acciones de los gobiernos y que no se limiten las funciones de los parlamentos en caso de emergencia, como ocurrió en España. Por muy grande que sea la amenaza, el Gobierno no puede tener carta blanca y no puede dejar de estar sujeto al control parlamentario.

También pedimos una mayor participación del Parlamento Europeo en las medidas que se tomen a nivel europeo. Los eurodiputados estamos aquí para representar a los ciudadanos en las instituciones y para defender sus derechos. Tengo que subrayar que el Parlamento Europeo nunca dejó de funcionar. Se dio prioridad al trabajo remoto y se extremaron las precauciones, pero seguimos con nuestra actividad legislativa, llegando a acuerdos muy importantes para salir de la crisis juntos, como el certificado Covid, los fondos de recuperación NextGenerationEU o la plataforma de vacunas, junto con la Comisión Europea y el Consejo.

P.- ¿Qué derechos civiles de los ciudadanos y qué normalidad democrática se deben garantizar durante las emergencias, según el informe?

R.- Garantizar los derechos de los ciudadanos es una prioridad de los sistemas democráticos, también en época de crisis. Eso incluye el control parlamentario, pero muchas más cosas. El confinamiento total, las limitaciones a la movilidad, el cierre de las escuelas, la reducción de la atención social y sanitaria en Europa… Se tomaron medidas muy extremas de las que los ciudadanos aún están pagando las consecuencias, especialmente los más vulnerables, como son las personas con enfermedades crónicas o con cáncer, cuyas patologías no recibieron la atención que necesitaban, con consecuencias devastadoras. Esto no puede volver a ocurrir en Europa. No podemos dejar a nadie atrás, por muy grave que sea la amenaza. Es el objetivo que persigue el informe en su apartado de derechos civiles, donde recomienda, por ejemplo, que los centros educativos permanezcan abiertos si la situación epidemiológica lo permite, respetando siempre la salud y la seguridad de alumnos y profesores, y dando prioridad a la protección de la salud pública.

P.- Ha mencionado la importancia de que los parlamentos nacionales mantengan sus funciones, como el control al Gobierno y la acción legislativa ¿Cuál es su opinión sobre la situación que se vivió en algunos países, como España, durante la pandemia en relación con la limitación de estas funciones parlamentarias?

R.- Creo que la limitación de las funciones de las cámaras parlamentarias españolas no estuvo en absoluto justificada. Así lo ha manifestado también el Tribunal Constitucional, que declaró inconstitucional la suspensión de la actividad parlamentaria.  Por eso desde el Parlamento Europeo pedimos que esto no vuelva a ocurrir, proteger los derechos civiles y de participación política ha de ser una prioridad ante nuevas amenazas.

P.-  ¿Qué enfoque se propone para la construcción de la Unión Europea de la Salud?

 R.-  La pandemia ha puesto de manifiesto que las políticas sanitarias dentro de Europa han de estar coordinadas y, en la medida de lo posible y respetando el derecho de subsidiariedad, armonizadas. Las amenazas sanitarias no entienden de fronteras y debemos enfrentarnos a ellas unidos y remando en la misma dirección.

Por ello, apostamos por una Unión Europea de la Salud con el enfoque One Health (Una Sola Salud), que busca una acción integrada ante todas las amenazas para la salud, ya sea humana, animal o medioambiental. El paciente ha de estar en el centro de todas las decisiones de esta UE para la Salud, de la que ya se han puesto muchos pilares, como la Estrategia Farmacéutica para la UE, que también lideré desde el Parlamento Europeo, o el Plan Europeo contra el Cáncer.

 P.- El informe destaca la importancia de garantizar la libre circulación de los ciudadanos europeos y evitar criterios distintos entre los países de la Unión. ¿Cuáles son las medidas propuestas para lograr este objetivo y evitar situaciones como las que se produjeron antes de la implementación del certificado digital?

 R.- Hacemos una valoración muy positiva del Certificado Digital COVID, que demostró su eficacia para limitar los efectos de la pandemia permitiendo al mismo tiempo la movilidad. Sin embargo, la aplicación que se hizo de esta herramienta no fue óptima, pues cada país lo aplicó de forma diferente. Los criterios para viajar, para ir a la oficina, para entrar en los locales… eran diferentes en cada país. Creemos que sería mucho más efectivo si hay un gran acuerdo acerca de cómo se ha de aplicar el certificado. 

P.- En relación con la inversión en sanidad y en investigación, el informe hace hincapié en la necesidad de aumentarla y apuesta por una industria farmacéutica competitiva y una producción Made in Europe. ¿Podría comentar qué medidas específicas se proponen para lograr estos objetivos?

R.- No se puede volver a repetir que nuestros profesionales sanitarios tengan que enfrentarse sin protección a una pandemia o que haya escasez de medicamentos esenciales que no producimos en Europa. Pedimos apostar decididamente por el sector farmacéutico Made in Europe, facilitando más inversiones en investigación y desarrollo farmacéutico en Europa, para conseguir la tan necesaria autonomía estratégica europea en este sector. También proteger la propiedad intelectual, reducir trabas y burocracia y destinar más fondos europeos a esta industria tan importante para proteger nuestra salud.

P.- El informe también destaca la importancia de priorizar el cuidado de todos los pacientes y prestar atención especial a la salud mental, que se ha denominado como «pandemia silenciosa». ¿Cuáles son las recomendaciones concretas para abordar estos desafíos?

R.- Los problemas de salud mental se están agravando, especialmente desde la pandemia, y en concreto entre los más jóvenes. De ahí que recomendemos que las escuelas y los institutos permanezcan abiertos, por las necesidades de los menores de socialización, actividad física y aprendizaje.

La salud mental es una cuestión de salud pública que tiene que ser una prioridad absoluta para la UE y los Estados miembros, pues no hay salud sin salud mental. Pedimos que el cuidado de la salud esté incluido en todas las políticas. No solo las sanitarias, también en la política educativa, social, laboral o cultural.

P.- ¿Qué medidas se sugieren para mejorar la digitalización en los servicios públicos y apoyar a las pymes?

R.- La pandemia nos obligó a trabajar, a estudiar, a hacer todo a distancia, y eso también ha supuesto acelerar la digitalización, en la que ya estábamos inmersos. Esto evidenció que en España existe todavía una gran brecha digital que tenemos que eliminar, pues las familias más vulnerables, sin acceso a los dispositivos o redes que necesitaban, se llevaron las peores consecuencias del confinamiento. Debemos seguir apostando por una digitalización que llegue a todos, solo así lograremos que Europa sea competitiva, segura y fuerte.

También necesitamos un tejido empresarial resistente, y por eso la UE ha apostado decididamente por las Pymes. No podemos olvidar que los fondos de recuperación han ayudado a más de 30 millones de europeos a conservar sus puestos de trabajo, y a casi 3 millones de empresas en toda Europa, principalmente Pymes, a mantener su actividad. Desgraciadamente, no conocemos la ejecución real de estos fondos en España y los empresarios y las comunidades se están quejando por la gestión que hace de ellos el Gobierno de Sánchez. Para el PP es una prioridad que estos recursos lleguen a quienes más lo necesitan y sirvan para construir una España más moderna y competitiva.

P.- Finalmente, ¿cuál ha sido el proceso de elaboración de este informe y cuál será el siguiente paso una vez que se apruebe en el pleno de la Eurocámara en julio?

R.- Para la elaboración del informe, cuya aprobación  por la Eurocámara está prevista para  el pleno de julio, la comisión especial creada por el Parlamento Europeo ha estudiado durante un año todo lo relacionado con la pandemia, con 6 misiones de investigación a diferentes países, 17 audiencias con más de 75 expertos en diferentes áreas y ha contado con la participación de 8 comisarios, con representantes de las principales agencias europeas y con dirigentes de gobiernos de la UE y el resto del mundo. El texto ha recibido más de 3000 enmiendas, eso significa que la participación de los grupos ha sido extraordinaria y les estoy muy agradecida. El texto es el resultado de la voluntad de diálogo y consenso de todos y servirá sin duda para que Europa pueda encarar crisis futuras con todas estas lecciones que nos ha dejado el Covid.

P.- ¿Hay alguna otra cuestión que considere relevante añadir?

R.- Quiero subrayar una vez más la importancia de reforzar la protección de la UE frente a los ciberataques dirigidos contra servicios esenciales como las finanzas, la industria y la sanidad. Pedimos aumentar los recursos comunitarios para que no se repitan desastres como el ocurrido en el Hospital Clínic de Barcelona, con miles de visitas suspendidas y cientos de cirugías desprogramadas por un ciberataque.

También debemos estar mejor preparados para salvaguardar nuestras instituciones y ciudadanos de influencias desestabilizadoras para que no vuelva a suceder lo que ocurrió con las campañas de desinformación antivacunas. Tampoco ayudó a la confianza en las vacunas los cambios de criterio continuos de algunos gobiernos, como el de España, sobre el número de dosis o las franjas de edades. Los ciudadanos necesitan información directa, clara y de calidad.

Europa ha de mantenerse fuerte y unida para liderar la respuesta mundial ante cualquier amenaza a nuestra salud, a nuestras democracias o a nuestro estilo de vida y valores europeos.

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