¿Cómo evitar la hiperpotasemia con una buena alimentación?
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Ya se ha demostrado muchas veces que mantener una dieta equilibrada puede ser beneficioso para nuestro organismo en múltiples aspectos, pero quizás no conocías la posibilidad de sufrir hiperpotasemia, un trastorno grave que puede ocurrir si consumimos una dosis excesiva de potasio y nuestros riñones -por alguna razón como la diabetes, la insuficiencia cardíaca o la insuficiencia renal- no se encargan de excretar el exceso de este mineral correctamente.
Es por ello que si sufres alguna de esas condiciones e incluso de estreñimiento o un descenso de diversas hormonas, es importante que midas cuidadosamente la cantidad de potasio que ingieres.
De manera que si llegas a padecer hiperpotasemia podrías sufrir consecuencias muy nocivas en los nervios, los músculos e incluso en la función cardiaca.
¿Qué tipos hay?
La Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria destaca que puede ser leve, moderada o grave (< 2.5 mEq/l). La hipopotasemia leve (3.0-3.5 mEq/l) suele ser asintomática y suele ser suficiente el aporte oral de potasio en la dieta con alimentos ricos o con suplementos de potasio.
Si las concentraciones de potasio superan los 5 mEq/l, entonces está claro que se trata de hiperpotasemia o hipercalemia. También puede ser leve, moderada o grave.
La moderada y grave, cuando es superior a 6.5 mEq/l, se considera entonces una emergencia médica. Cuando se detecta en analíticas, el laboratorio suele avisar personalmente y en tiempo real al facultativo clínico solicitante. La concentración de potasio debe reducirse de inmediato y durante el tratamiento se debe monitorizar la función cardiaca.
¿Qué síntomas aparecen?
En cuanto a la identificación a tiempo de este problema, hay una buena y una mala noticia y, empezando por la segunda, el hecho es que normalmente se trata de un trastorno asintomático ¡así que no se hace evidente hasta que el problema ya es grave y aparecen las arritmias!
Aun así, los síntomas que sí podrían aparecer -por otra parte- son muy reveladores: en caso de tener hiperpotasemia podrías sufrir fatiga y debilidad muscular, un hormigueo en las extremidades conocido como parestesia e incluso alteraciones en el corazón como palpitaciones o arritmias, pues el potasio es uno de los elementos responsables del mantenimiento de la frecuencia cardiaca. Solo en situaciones muy graves podría darse una parálisis respiratoria.
La buena noticia es que si mantenemos el correcto hábito de hacernos revisiones y análisis de sangre anualmente, la hiperpotasemia puede detectarse a tiempo sin la necesidad de sufrir los problemas que esta puede desencadenar.
El diagnóstico suele consistir en una medición del potasio en sangre mediante una analítica para ver si efectivamente este es superior a los 5 miliequivalentes por litro (mEq/l), algo que se considera excesivo, y se procede tanto a revisar si el paciente está tomando algún tipo de fármacos que estén afectándole en este sentido como a practicar una evaluación de la función renal para comprobar cómo está trabajando el riñón.
Cuando todo indica que efectivamente el paciente sufre hiperpotasemia, se hace un análisis de orina que determina la cantidad de potasio que se está eliminando por la orina y nuevos análisis de sangre (generalmente dirigidos a valorar el estado de diferentes hormonas como la aldosterona, la renina o el cortisol) y se acaba de confirmar con un electrocardiograma.
¿Conoces sus causas?
La Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención apunta que puede deberse a la pseudohiperpotasemia, cuando se produce por hemólisis de los glóbulos rojos. Luego está el sobreaporte de potasio. Es excepcional si no hay insuficiencia renal. Mientras que la redistribución se produce cuando se desplaza potasio de las células al espacio extracelular. Y también se produce cuando existe una disminución de la excreción urinaria de potasio.
¿En qué consiste el tratamiento de hiperpotasemia?
El tratamiento que se hace a continuación consiste en normalizar la cantidad de potasio en sangre mediante diuréticos y en corregir la causa que ha producido la subida de potasio, segundo paso en el cual se retiran o se substituyen los medicamentos si estos han sido la causa de la molestia o se receta una dieta pobre en potasio en el caso de que el problema haya surgido por un mal funcionamiento del riñón.
Solo en casos graves se administra suero con glucosa, insulina y bicarbonato en el primer paso y solo a los pacientes con insuficiencia renal a quienes no les funcione la dieta, se les recomienda utilizar resinas de calcio o iniciar la diálisis.
Y si vamos a urgencias porque hay un problema repentino de ello se suelen administran fármacos que favorecen la entrada de potasio a la célula (infusión de glucosa e insulina; salbutamol inhalado) con lo que entonces se disminuye la concentración sérica.
Curiosamente, se estima que entre un 2-3% de la población mundial sufre de hiperpotasemia pero como hemos mencionado al principio, esta cifra es mucho más elevada en pacientes con enfermedad renal crónica o insuficiencia cardiaca, quienes presentan hiperpotasemia hasta en un 40% y 30% de los casos, respectivamente.
En cualquier caso, lo mejor que pueden hacer tanto las personas que sufren alguna de esas condiciones como las que no, es evitar consumir demasiada sal en su dieta habitual.
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