Carlos Rus: «La desaparición del modelo sanitario Muface incrementará un 266% las listas de espera»

"La colaboración de la sanidad público-privada puede asegurar un futuro del Sistema Sanitario"

"El problema de las listas de espera es complejo y requiere soluciones integrales"

Carlos Rus (ASPE)
El presidente de ASPE, Carlos Rus.
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

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Carlos Rus es el presidente de La Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE), un colectivo que trabaja por una sanidad de calidad, poniendo al servicio de los ciudadanos todos los recursos disponibles, con el objetivo de mantener y mejorar la salud de los pacientes. Esta patronal de la sanidad privada, tiene una representación superior al 80% de los centros hospitalarios privados del país. Agrupa a más de 750 asociados con un total de 1.300 centros sanitarios, entre los que se encuentran hospitales y clínicas, centros especializados y laboratorios. Además, forman parte de ASPE las asociaciones territoriales de Andalucía, Cataluña, Comunidad de Madrid, Galicia, Islas Baleares, Islas Canarias, Murcia y País Vasco.

El presidente de ASPE, hablará en OKSALUD sobre sanidad privada, sobre su evolución y contribución a la sociedad y también evaluará los últimos ataques que desde algunas administraciones se están realizando a un sector clave dentro del organigrama sanitario.

Pregunta.- En los últimos meses, parece que desde distintas administraciones el objetivo sea cargar contra la sanidad privada. Sobre este respecto, la Ley de Equidad que avala el PSOE y Sumar, ¿qué impacto cree que tendrá en cuanto a gasto sanitario y listas de espera?

Respuesta.-La Ley de Gestión Pública e Integridad del Sistema Nacional de Salud (SNS), al limitar los conciertos sanitarios o modelos concesionales, privaría al sistema público del acceso a la experiencia, capacidad técnica, innovación y recursos que el sector privado pone a disposición del sistema público de salud, en un momento además especialmente crítico debido a unas listas de espera en cifras récord semestre tras semestre, lo cual nos parece un grave error.

En este sentido, observamos un riesgo evidente de fallo sistémico de la sanidad pública, ya que esta medida llevará de forma predecible e irresponsable a una situación de agravamientos de salud en cientos de miles de usuarios.

Asimismo, cabe destacar que la eliminación de conciertos propuesta en la Ley de Gestión Pública del SNS le supondría a la sanidad pública un gasto de 2.746 millones de euros anuales, según los estudios, teniendo en cuenta que esta fórmula de colaboración público-privada supone, mínimo, un ahorro del 25% para las arcas públicas.

La única lógica que debe guiar el buen funcionamiento del sistema sanitario es la atención eficiente a los pacientes. Precisamente a esto contribuye la colaboración con el sector privado empresarial, que permite al sistema público acceder a los recursos de este sector y ofrecer una prestación de servicios con mejor relación coste-beneficio.

P.- Ustedes aseguran que la sanidad privada tiene un papel esencial en la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud, contribuyendo a la descarga y ahorro del Sistema Público. ¿Por qué están en el punto de mira de algunas administraciones?

R.-Es una cuestión ideológica, algo que no debería tener cabida cuando de lo que se trata es de ofrecer la mejor asistencia sanitaria a los pacientes. No se puede criminalizar la actividad legitima de un sector que siempre ha trabajado con la máxima responsabilidad y consciente del importante papel que desempeña en la provisión de asistencia sanitaria a los ciudadanos. Y en este sentido, muchas veces tenemos que oír afirmaciones que nada tienen que ver con la realidad, como que cuanto peor le va a la pública, mejor le va a la privada o que la sanidad privada compite con la pública.

Pues he de decir que este no es el objetivo ni la pretensión de un sector esforzado y cuidadoso con su misión social. Nosotros tenemos nuestro propio espacio basado en la libre elección del ciudadano a la hora de optar por un circuito o por otro, y nuestros servicios para el Sistema Nacional de Salud son complementarios y, cuando se requieren por parte del sistema público, guardan siempre un espíritu de colaboración, porque creemos  firmemente en que podemos ayudar y trabajar de manera conjunta para que la asistencia sanitaria sea lo más eficaz y de la mayor calidad posible, siempre en beneficio del paciente.

P.-Por otra parte, son una fuente de empleo cualificado, estable y de calidad. ¿Por qué se teme que puedan existir y comunicarse sanidad privada y pública?

R.- Existe esa sensación de que ambas esferas compiten y, como ya he comentado, es una afirmación que no se ajusta a la realidad. Nosotros creemos que supone una enorme irresponsabilidad enfrentar lo público y lo privado. Actualmente, nuestro sistema sanitario se encuentra en crisis y adolece de un inmovilismo estructural que compromete sus principios básicos: universalidad, equidad, accesibilidad, cohesión y gratuidad,  principios cada vez más complejos de acometer debido al crecimiento constante de la demanda asistencial y al incremento de los costes.
Pero nosotros no somos el problema, somos parte de la solución. Es hora de cambiar de mentalidad y darse cuenta de que, sólo desde la colaboración, podremos salir adelante y asegurar un futuro sostenible para nuestro sistema sanitario.

P.- Se ha demostrado, con respecto a las listas de espera, que la colaboración público-privada ha tenido como resultado una destacada reducción de esa complicada situación. ¿Dónde nos llevaría la imposición de plazos?

R.- La imposición de plazos estrictos sin un aumento correspondiente en los recursos podría llevar a la saturación del sistema y a una sobrecarga de los profesionales de la salud. Además, podrían surgir conflictos si la presión por cumplir plazos resulta en decisiones rápidas que no necesariamente priorizan el mejor interés del paciente, sino el cumplimiento de metas administrativas.

En este contexto, la participación de la sanidad privada es fundamental. Si  bien es cierto que el problema de las listas de espera es complejo y requiere soluciones integrales, la disposición de este sector para compartir conocimientos y recursos con las Comunidades Autónomas demuestra nuestro sólido compromiso con la mejora del sistema de salud en su conjunto. Ahora más que nunca, es necesario coordinarnos y colaborar de  manera eficiente.

P.- ¿Qué prioridades tiene en estos momentos la sanidad privada?

R.- Pues nuestra prioridad, sin duda, son los pacientes. Ellos son el centro de nuestra razón de ser. Por ello, vamos a incrementar nuestra interacción con las asociaciones de pacientes, para escuchar cuáles son sus necesidades y buscar las sinergias para activar nuestra colaboración. Asimismo, queremos poner en valor lo que la sanidad privada aporta a los pacientes, no solo en términos de calidad asistencial y acceso, sino también en relación  con nuestra responsabilidad social. No olvidemos que cuando pedimos soluciones a la escasez de médicos y enfermería, cuando solicitamos la interoperabilidad de la historia clínica, cuando reclamamos el IVA reducido para material médico, cuando impulsamos la colaboración público privada…, lo que buscamos es un beneficio para el paciente.

Asimismo, otra de nuestras prioridades es profundizar en el diálogo con las  Instituciones. Creemos sin duda que nuestra voz debe ser escuchada y considerada en la toma de decisiones que afectan a la sanidad en España. Nuestra relevancia es evidente: 3,2% del PIB, 400.000 profesionales en el sector, el 42% de las intervenciones quirúrgicas, o el 31% de las estancias hospitalarias y urgencias que cubrimos y representamos así lo exigen.

También nuestra relación con las aseguradoras es un punto estratégico. Es necesaria una mejora formal de las relaciones con el sector asegurador, marcando pautas comunes, protocolizando los procesos médicos en el nomenclátor o estableciendo por escrito relaciones contractuales, con el objetivo final de proporcionar un servicio de mayor calidad, y que la colaboración entre ambas partes sea absoluta.

P.- ¿Podría explicarnos que es el modelo Muface y que repercusión tendría sobre el sistema de salud público?

R.-El mutualismo administrativo es un mecanismo de cobertura del Régimen Especial de la Seguridad Social, integrado por tres grandes mutualidades: la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (MUFACE), la Mutualidad General Judicial (MUGEJU) y el Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS).

Los mutualistas pueden elegir cada año entre recibir su atención sanitaria a través del sistema público o el privado. Actualmente, el modelo se sitúa bajo presión por el envejecimiento de la población, el aumento de enfermedades crónicas, el incremento de costes y el cuestionamiento por grupos políticos y sociales. Asimismo, la falta de financiación podría acabar con este modelo que actualmente ahorra al Estado más de 890 millones de euros al año.

Hay que tener en cuenta que, tal y como se indica en el informe presentado a comienzos de año por la Cátedra de Salud Responsable y Sostenible de la UCM, la desaparición del modelo, que supondría a la sanidad pública un impacto económico de más de 1000 millones de euros al tener que absorber la asistencia de todos los mutualistas, teniendo en cuenta la diferencia existente actualmente entre la prima de MUFACE (1040€ por mutualista de promedio) y el gasto sanitario total (1.608€ por ciudadano), y el número  actual de mutualistas que se decantan por la sanidad privada (un 72,9%).

El informe también alerta de otras consecuencias de la desaparición del mutualismo para el Sistema Público de Salud, como es el incremento en un 266% de las listas de espera para consulta externa y del 115% para una intervención quirúrgica. A nivel de infraestructuras, el sistema público precisaría de 3.975 camas adicionales, lo que supondría incrementar un 3,8% la capacidad actual a nivel nacional, algo muy complejo para algunas provincias. Además, habría que incorporar nuevos profesionales, con la dificultad añadida en el contexto actual de escasez del que adolece el sistema en su conjunto.

Es por eso por lo que consideramos necesaria una mayor financiación para salvar este modelo que ha demostrado ser muy exitoso, al mismo tiempo que reclamamos una retribución justa a los hospitales por atender a los mutualistas. Con el aumento de costes directos de los últimos años, la  prestación al mutualismo resulta deficitaria para muchos hospitales, tanto por el incremento de la edad media de los mutualistas como de la  frecuentación.

Actualmente, sólo se traslada a los proveedores sanitarios el 50% de la  prima que las mutualidades pagan a las aseguradoras por la prestación. Además, Las tarifas de remuneración a los hospitales privados para pacientes mutualistas son un 10% inferiores de media respecto a la prestación médica a cualquier otro asegurado.

De no incrementarse la financiación de forma adecuada, muchos centros hospitalarios se verían obligados a dejar de ofrecer este servicio por no cubrirse costes.

P.- Para finalizar, ¿cómo ve el futuro de su sector en los próximos años?

R.-La evolución de la sanidad privada en España es un proceso continuo, y estamos decididos a seguir avanzando y forjar un futuro, en el que la sanidad privada en España sea reconocida y valorada plenamente por su relevante contribución a la sociedad. Sus perspectivas de crecimiento son evidentes, aunque queremos hacerlo de manera sostenible y fortaleciendo nuestro papel esencial dentro del Sistema Nacional de Salud.

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