Atrofia cerebral: cómo reconocerla y a quién afecta
Las personas que la experimentan desarrollan un funcionamiento cognitivo más bajo
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La atrofia cerebral se refiere a la pérdida de células cerebrales o a la pérdida de la cantidad de conexiones entre ellas. Puede producirse como resultado del proceso natural de envejecimiento, de una lesión, de una infección o de ciertas afecciones de salud. Existen dos tipos principales: la atrofia focal, que se produce en regiones cerebrales específicas, y la atrofia generalizada, que se produce en todo el cerebro, según documenta Medical News Today
Las personas que experimentan atrofia cerebral generalmente desarrollan un funcionamiento cognitivo más bajo como resultado de este tipo de daño cerebral.
Síntomas
Los pacientes y sus familiares pueden sospechar la existencia del trastorno a través de una variedad de síntomas aunque depende de la ubicación de la atrofia y su gravedad. Pueden incluir: convulsiones, afasia o demencia.
Causas
Tal y como documenta un estudio ‘Annals of Biomedical Engineering’, la atrofia puede producirse como resultado de una lesión, ya sea por un traumatismo craneoencefálico (TCE) o un accidente cerebrovascular. No sólo. Detrás de ella puede haber una infección, como el VIH o las que provocan inflamación cerebral (encefalitis). En cambio, en otros casos puede producirse como resultado de una enfermedad crónica, como:
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- Esclerosis múltiple (EM).
- Enfermedad de Huntington.
- Enfermedad de Alzheimer.
- Párkinson.
- Parálisis cerebral.
- Leucodistrofias.
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Diagnóstico
El dictamen médico se realiza tras una historia clínica completa y una ‘batería’ de preguntas sobre los síntomas como cuándo comenzaron los síntomas y si hubo un evento que los desencadenó. También pueden realizarse pruebas de lenguaje o memoria u otras pruebas específicas de la función cerebral.
Tratamiento
La terapia variará según su ubicación, gravedad y causa. Por ejemplo, en el caso de que se haya producido por una lesión la terapia se basará en: fisioterapia, terapia del habla. La terapia del habla, junto con medicamentos y terapia ocupacional suelen estar indicadas en pacientes que padecen el trastorno por culpa de enfermedades crónicas, como las que hemos enumerado anteriormente.
¿Es posible revertir la atrofia cerebral?
Hasta hace poco, muchos científicos consideraban que el cerebro era un órgano relativamente inmutable. Sin embargo, la investigación muestra cada vez más cómo el cerebro adapta su estructura y funcionamiento a lo largo de la vida. El cerebro puede alterar su funcionamiento para compensar el daño. En algunos casos, esto puede ser suficiente para restablecer el funcionamiento con el tiempo.
Ejercicio para la atrofia cerebral
Algunas investigaciones anteriores han explorado si el ejercicio puede ayudar con el trastorno. Sin embargo, en un ensayo de ‘BMJ’ se descubrió que el ejercicio de alta intensidad y el entrenamiento de fuerza no ralentizaron el deterioro cognitivo en personas con demencia leve a moderada.
De manera similar, un estudio probó un programa de ejercicios de 24 meses en 98 adultos con riesgo de demencia y descubrió que no había una diferencia significativa en el volumen cerebral al final. Por lo tanto, es necesario realizar más investigaciones para determinar qué efecto, si lo hay, tiene el ejercicio en la prevención o reversión de la atrofia cerebral debido a la demencia.