El 76% de las enfermedades infecciosas son de origen animal: ¿por qué nos contagian tanto?

Enfermedades infecciosas
Los hombres dan plátanos a los monos reunidos cerca de una carretera en Nueva Delhi, India.
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

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Las enfermedades zoonóticas (aquellas que se trasmiten de animales a hombres) representan una amenaza para el hombre y han causado millones de muertes. Uno de los últimos casos ha sido el covid que, aunque no se ha dado una respuesta fehaciente hasta el momento sobre cómo se ha trasmitido, las evidencias científicas apuntan a su origen animal. Sin embargo, hay tantos ejemplos como enfermedades: la peste, el VIH, el ébola o las simples garrapatas, que transportan la bacteria que causa la enfermedad de Lyme y que puede llegar a ser grave.

Hace varios días, la doctora en Veterinaria y directora de la Unidad de Gestión de Protección de la Salud del Distrito Sanitario de Jaén, Inmaculada de los Santos Cuesta Bertomeu, señaló que «alrededor del 76% de las enfermedades infecciosas del ser humano son de transmisión animal». Una cifra que nos hace preguntar, ¿por qué nos contagian tanto?

El laboratorio de Sawyer que ha utilizado diversas técnicas con muestras de tejido de animales salvajes de todo el mundo para explorar qué virus animales pueden ser propensos a saltar a los humanos, ha demostrado que una molécula, o receptor, llamada CD163, desempeña un papel clave en la biología de los arterivirus simios, ya que permite al virus invadir y causar la infección de las células objetivo.

En este sentido, entre las principales enfermedades de origen animal más comunes se encuentran, por ejemplo, la salmonella o la tuberculosis; pero también existen enfermedades en salud pública que están subiendo mucho en España, como la fiebre del Nilo, transmitida por los mosquitos.

Los expertos aseguran que si bien hay que observar este proceso y determinar cómo se pueden frenar futuros contagios, se puede dar del mismo modo a la inversa, es decir, cuando el ser humano infecta a los animales; lo peor es que, en ese caso, se contagia con cepas bacterianas, muchas veces, resistentes a los antibióticos.

Los resultados de una nueva investigación muestran que los monos han recibido cepas de S. aureus de humanos en varias ocasiones, como ha asegurado el profesor de genómica microbiana de la Universidad de Warwick (Reino Unido) y coautor del estudio, Mark Pallen. «Conociendo la ratio de mutación genética de una especie, una bacteria, en este caso, se puede dibujar el árbol de la vida de ese organismo a través de sus genes».

Pero volviendo a cómo nos contagiamos de los animales, Inmaculada de los Santos, ha señalado que «los tres factores fundamentales de la salud global son la salud humana, la animal y la del medioambiente». Así, según ha detallado la experta, «bajo estas tres áreas, lo que se quiere conseguir es mejorar la salud global, sobre todo en tres frentes importantes como son el control de la zoonosis, la prevención de las enfermedades y la lucha para combatir la resistencia bacteriana».

Lo que no cabe duda es que, en cuanto a los animales que se utilizan para el consumo humano, es importante su cuidado en toda la cadena, sobre todo, en la ganadería. Por ello, Inmaculada de los Santos, hace referencia a que el consumidor debe «exigir responsabilidad a nivel público y social, tanto en el cuidado de los animales como en la prevención de enfermedades, exigiendo que en el etiquetado se haga referencia también a la salud del animal».

La transmisión de estas enfermedades o zoonosis se puede producir de muchas maneras: por la picadura de insectos u otros animales, tras consumir carne poco cocida, leche no pasteurizada o agua contaminada. Los tipos de patógenos que los animales pueden transmitir a los humanos incluyen bacterias, parásitos, hongos y virus.

Nueva pandemia mundial

La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha recalcado en varias ocasiones, tras la pandemia Covid, que el mundo debe estar preparado lo mejor posible ante una nueva epidemia.

Así, con el objetivo de alertar de las repercusiones «devastadoras y trágicas» de las epidemias en la vida humana que volverán, «debemos estar preparados» porque habrá nuevas pandemias y hay que invertir para frenarlas, estando preparados, se ha manifestado desde esta organización mundial.

La Sociedad Española de Vacunología, ha recordado que el covid ha demostrado que las epidemias y las pandemias tienen un impacto directo en la vida humana no solo a nivel sanitario, sino también social y económico.

«Aunque muchos tengan la impresión de vivir tiempos excepcionales, una mirada al pasado pone en evidencia que la excepción es pasar una vida sin enfrentarse a una epidemia de consideración», han recalcado.

Colapso de los sistemas de salud

El covid ha demostrado la rapidez con la que una enfermedad infecciosa puede propagarse por todo el planeta, llevando a los sistemas de salud al colapso.

«También ha puesto en evidencia que no hemos aprendido nada en cuanto a emergencias de salud se refiere, y nos ha demostrado que el mundo sigue estando muy mal preparado para evitar que brotes localizados en cualquier punto del planeta crucen las fronteras y se conviertan en pandemias», ha asegurado La Sociedad Española de Vacunología.

Y como la covid no es la primera ni será la última pandemia a la que la humanidad se enfrente, llama la atención sobre la importancia de tener sistemas de salud sólidos y resilientes, invertir en investigación o en sistemas de vigilancia e inteligencia epidemiológica para llevar a cabo una mejor prevención y gestión de estas pandemias y epidemias.

Vacunación para todos

Lo que sigue siendo un problema mundial es la falta de vacunas para terceros países. Mundos donde su precariedad social impide que se alcance el nivel de vacunación lógico en el siglo XXI. La Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Mundial de la Salud Animal (OMSA) y los gobiernos juegan un papel fundamental en la coordinación de las respuestas a las epidemias, y los Estados Miembros deben comprometerse a velar por una participación inclusiva, equitativa y no discriminatoria.

El acceso a fármacos y vacunas debe de ser igual para todos, por lo que se exige desde distintos organismos «concienciar a la ciudadanía y educarla en salud» y, también, «en la importancia de tener los calendarios de vacunación actualizados con vacunas dirigidas y específicas para los distintos grupos de edad y de riesgo.

Dengue y difteria en Blangladesh y Nigeria

La OMS ha advertido que Bangladesh está experimentando «el brote de dengue más grave jamás registrado» y Nigeria un brote de difteria también «muy grave». Un nuevo ejemplo de la situación precaria en sanidad que el mundo, en ciertas zonas, vive en estos momentos. La vacunación en el caso de la difteria es esencial, pero las vacunas no alcanzan a distintas poblaciones.

En cuanto a la situación de Bangladesh, desde el inicio del brote en abril de 2023, «se han notificado 135.000 casos y 650 muertes por dengue, 300 de ellas solo en agosto».

«El brote está ejerciendo una enorme presión sobre el sistema sanitario. La OMS está ayudando a las autoridades a reforzar la vigilancia, la capacidad de los laboratorios, la gestión clínica, el control de vectores y la comunicación de riesgos», ha declarado.

Con respecto a Nigeria, «se han notificado 9.000 casos sospechosos en 17 estados con 307 muertes por difteria».

Se trata de la segunda oleada de difteria de este año, es una enfermedad altamente contagiosa, pero prevenible mediante vacunación, causada por una bacteria que puede ser mortal en un cinco a un diez por ciento de los casos, con una tasa de mortalidad más alta en niños pequeños.

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