Ya te detienen por gritar ¡Viva España!

Ya te detienen por gritar ¡Viva España!

La imagen de la detención de un hombre que gritó «¡Viva España!» frente a la sede socialista en Ferraz es una metáfora perfecta de la situación política actual. El Gobierno, que lo primero que ha pactado con Podemos es la derogación de la Ley de Seguridad Ciudadana, ha aplicado la norma del PP  para desalojar a empujones a un ciudadano contrario al acuerdo con los radicales de izquierdas y los separatistas. Entre cuatro policías se lo llevaron en volandas; su delito, llevar una enseña nacional y expresar su rechazo al pacto.

Las sedes del PP y C’s han sido rodeadas en numerosas ocasiones por manifestantes en actitud airada que pudieron concentrarse sin cortapisa alguna, jaleados por la izquierda. Ejemplos hay para aburrir. Y el Ejecutivo de Pedro Sánchez, a través de la Delegación del Gobierno en Madrid, se ha encargado de limpiar la zona para que nadie pudiera acceder a la sede socialista. A un ciudadano se lo han llevado con cajas destempladas por gritar ¡Viva España! Sintomático.

Si la España que viene va ser la que se desprende de la imagen de la detención registrada en Ferraz, no es una exageración afirmar que nos encaminamos hacia una España donde las protestas callejeras de la izquierda radical y los separatistas serán vistas como una forma de libertad de expresión y manifestación, mientras que las pacíficas protestas de los constitucionalistas será calificadas de actitudes fascistas. No es una anécdota lo ocurrido ante la sede socialista, sino el retrato de lo que está por venir.

La izquierda radical, los proetarras y los separatistas han pactado una estrategia de retroalimentación de intereses que busca la exclusión del constitucionalismo. La fotografía de ese ciudadano con una bandera de España sacado a empujones de la puerta de Ferraz es indiciaria del futuro que nos espera. Sentirse español y gritar ¡Viva España! será delito, mientras que los enemigos de España tendrán bula para moverse a sus anchas y subvertir a su antojo el orden constitucional.

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