¡A ver cuándo os enteráis de que esto no va de razas o géneros, va de personas!

¡A ver cuándo os enteráis de que esto no va de razas o géneros, va de personas!

El lunes se cumplirán 3 semanas del salvaje asesinato de George Floyd en Mineápolis. Asesinato que por supuesto condeno y que encuentro injustificable e imperdonable.

Desde que ocurrió tan lamentable suceso, hemos visto incontables manifestaciones, unas más pacíficas que otras, cuyo objetivo original era denunciar el racismo. Sin embargo, tal y como ocurre en muchas de estas convocatorias el tema original ha mutado, se ha politizado y se están mezclando churras con merinas.

Yo creo que nadie discute que en EEUU son numerosas las ocasiones en las que hemos visto abuso de fuerza por parte de las autoridades policiales, por cierto, la mayoría de ellos ex militares o marines. Pero también es cierto que esa violencia la hemos visto contra detenidos blancos, hispanos o asiáticos. No voy a entrar en cuestiones de datos, porque dependiendo de la fuente el enfoque es contrario y las cifras discordantes.

De lo que sí quiero hablar hoy es del lenguaje y de lo que ello implica. La izquierda a nivel global abusa de la segmentación de la población por colectivos para generar conflicto y dividirnos. En el caso Floyd han triunfado con su famoso “Black lives matter” y lo siento pero no puedo sentirme identificada con ese eslogan, fundamentalmente porque para mí todas las vidas importan. Insisto, igual que todas las vidas importan, que no todos los negros o hispanos son criminales,   tampoco todos los policías son maltratadores o asesinos. Lo único que han demostrado estos cánticos es que la ignorancia se pinta de todos los colores.

Al margen de que los actos de vandalismo hayan podido ensombrecer estas bienintencionadas movilizaciones, sólo el titular ya las hace para mí sectarias. Pero además, decía antes que en estos reclamos han acabado por mezclar churras con merinas porque ya ha habido portavoces de los movimientos convocantes hablando de las cuotas de representatividad de los afroamericanos en al menos todas las instituciones públicas.

Y con esto enlazo para hablar de España. Aquí ya estamos aburridos, porque lo han comprado todos los partidos políticos, de oír hablar de la ciudadanía, de la gente o del electorado. ¡Qué no Señorías, qué no! Somos ciudadanos, somos personas y somos votantes, porque afortunadamente somos hombres y mujeres individuales e iguales.

Sí, digo iguales porque otro ejemplo de segmentación poblacional para dividirnos y para sacar capital político de una causa concreta es el feminismo.

Yo soy mujer, nacida en España, he estudiado y vivido en varios países, he trabajado en unas cuantas empresas ya y, que quieren que les diga, yo nunca me he sentido discriminada por cuestiones de género, y mucho menos en mi país. No creo en las cuotas porque creo en la meritocracia. Si además atendemos a las estadísticas, las cuotas supondrían un techo para las mujeres pues somos más y mejores estudiantes, tanto a nivel universitario como en las oposiciones.

Esta semana, en la sesión de control al Gobierno, hemos vuelto a ver una pelea ridícula entre PSOE y Podemos por ver quién era más feminista a cuenta del debate del 8M y las consecuencias que esa manifestación tuvo para la propagación del COVID-19. Y con acierto una diputada del PP, Marga Prohens, les respondió que precisamente el 8M, este Gobierno fue de todo menos feminista. Decidió olvidarse de la sororidad de la que tanto les gusta presumir y se guardaron información clave solo para ellas, las elegidas. Y mientras las ministras saludaban sólo con la mano y llevando guantes, el resto de mujeres que acudieron a la convocatoria desprotegidas, expuestas, como la propia Prohens.

Y otra curiosidad. Me he repasado algunos vídeos del “Aló Presidente” de Sánchez. En ninguna de esas ruedas de prensa habla de fallecidas y fallecidos o contagiadas y contagiados. ¡Ay señor Sánchez, líder de los socialistos, que pronto se le olvida el marketing feminista cuando le sacan del guion!

Y termino con una cuestión que si me indigna. Me dirijo especialmente a la Ministra de Igualdad, la señora Montero, y a la presidenta del Consejo Superior de Deportes, la señora Lozano. Si tan feministas son ustedes, ¿cómo han permitido que la primera división de la liga de fútbol masculino reanude y finalice la temporada y que sin embargo la primera división femenina dé por terminada la temporada con la clasificación tal y como estaba antes de que estallara la pandemia?

Afortunadamente, y para que vean ustedes que la defensa de la igualdad no es capital exclusivo de la izquierda, el PP ya pidió que no se cancelara la Primera Iberdrola (liga femenina) y ahora se le ha unido Ciudadanos presentando una proposición no de ley para que se profesionalice la liga femenina y evitar nuevas discriminaciones futuras.

Y mientras unos trabajan por conseguir la igualdad real, la marquesa de Galapagar ahí sigue, gastando millones en cambiar los colores de la publicidad institucional para que la estética recuerde más a la de su partido.

Paciencia señores…

Lo último en Opinión

Últimas noticias