Feministas, las mujeres-fardo paternalistas

Feministas, las mujeres-fardo paternalistas
cristinasegui-16-08-2017-interior

Qué martirio con los nuevos progre-hits de este verano. Al calor habitual, las moscas, y la hipoacusia por los tapones que no cubre la Junta de Andalucía sumen la matraca por los especuladores de pisos turísticos, por todas las naciones de Pedro Sánchez, y por las consultoras de género que, al calor de lo público, naturalmente han crecido como setas. Como una de esas consultoras de belleza de Mary Kay que te persiguen “Si aún no tienes la tuya, no te preocupes, puedes encontrar la más cercana ingresando tu código postal o tu ciudad”. ¡Y cuando le dabas al ENTER ya tenías 8 llamadas perdidas! Sucede algo parecido cuando, según las orientadoras de género, todos los que habitamos este planeta dudamos sobre qué y quién es el dueño de nuestro apetito desordenado de placeres deshonestos.

Vamos, que cobran para aconsejarnos si, a la hora de acostarnos, es mejor el “entrecot” o el “nugget de pescado”. Disculpen el exceso de cortesía, si afrontamos el asunto con perspectiva de género queda muy heteropatriarcal decir “para ver con quién follamos”.

Sobre el asunto de las canciones machistas las tías están muy puestas. Hasta te dicen qué melodías debes elegir para los preámbulos de un polvete inclusivo y antifascista. Aunque para mantener la química ayudaría que su iniciativa no fuera copiada a la de las listas negras de autores que la URSS sacó hace 40 años por promover malas conductas sociales: Donna Summer y Tina Turner por sus altas cotas sexuales. Julio Iglesias por neofascista. Los Ramones, los Sex Pistols y los Village People, calificados de punkies y violentos equivalían al tino de las nuevas censoras calificando a Ricky Martin, paradigmático icono gay, de machista irredento. Ayudaría que condenaran con la misma fuerza las canciones de voceros de la izquierda que en la actualidad piden abiertamente la vuelta de los GRAPO y del tiro en la nuca, pero eso sí es libertad de expresión. No da un euro ni tampoco un puñetero cargo. Ni les promociona entre la masa borreguera. La supralegitimidad moral neocomunista alega que es concebible y tolerable expresar el deseo de matar a otro. Y criminal es lanzar un piropo.

Al parecer hemos normalizado que la agenda moral de las mujeres no ha de llevarla cada una de ellas en pleno uso de sus facultades y libertad individual. En los 70 se encargaba la carcunda. Ahora toca que sean estas. Nos la han hurtado estas locas sacadas de quicio. Que nos vienen a decir que encamarnos con un dios griego de torso homérico o con un mamerto no es normal. Que para encajar en el rollo de la diversidad tenemos que abrirnos a los poliamorosos, fetish, swingers, LGTB en fase beta, queers pansexuales o golfxs con principios. Recuerdo que este asunto en concreto era temática en un seminario de la Carlos III que te daba 10 créditos en humanidades. En otro promovido por el Kichi en Cádiz con más dinero público te enseñaban a “tocarte el higo con eficiencia”. Lo normal para el avance de la mujer en este mundo de machos alfa: tocarse el clítoris a placer y con perspectiva de género.

El “feminismo” contemporáneo es impuesto por mujeres débiles. Fardos animados con obsesión paternalista. Con la misma exigencia de estatus, y prerrogativas que la querida de un carca. Estar frontalmente en contra de ellas es el deber de las mujeres fuertes que han de reivindicarse protegiendo a sus parejas, a sus padres y a sus hijos varones de estafadoras que, con amparo del poder público y político, promulgan una violencia depredadora y supremacista que vuelve a imponernos dueño. El machismo no mata. Lo hacen los recursos públicos en manos de chachas del comunismo para el que la vida humana siempre ha valido menos que un trozo de chatarra.

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