La era de Sánchez por fin se extingue

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El intrépido sátrapa cada día que pasa está más zumbado y se atreve a afirmar que el PSOE trajo la democracia en 1982, cuando González ganó las generales. No se le ha ocurrido un infundio menos grosero para iniciar su asalto a la reelección. Le faltó decir que el sanchismo, en tiempos de Ali Babá ya tenía 40 afiliados. Su nuevo look mustio, pero estirado con masivas inyecciones de botox, no oculta el cadáver que arrastra Narciso. Nadie en su sano juicio entiende que no convoque elecciones si las predicciones del bufón del Cis, el zafio Tezanos, fueran verosímiles. No las convoca, pues sabe que las perderá en cuanto abran las urnas. La era de Sánchez por fin se extingue y el patán será deportado a Venezuela…

Aunque derecha e izquierda sean aún distinciones válidas en la política española, cada vez es más necesario reemplazarlas por adjetivos nuevos: “Occidental”, para quien defiende a la Constitución y al Rey, y “separatista”, para quien se empeña en trocear la nación y pervertir el estado democrático. Entre occidentales y separatistas, la Unión Europea tiene claro con quién está dispuesta a tratar. Sabe que de los occidentales se puede fiar, pues se rigen por principios de ley, mientras que los separatistas carecen de fundamentos y se venden al mejor postor, resultando muy peligroso fiarse de ellos. Si quedaba alguna duda, entre unos y otros, este Gobierno separatista se ha encargado de mostrar al mundo cómo se puede destrozar y arruinar, en tiempo récord, una nación como España.

Con el sanchismo, el saqueo fiscal -tras subir 54 veces los impuestos – y la opresión ideológica han alcanzado cotas de delirio. Todo cuanto propone el desquiciado de Sánchez, se hunde, porque además de inepto, es gafe. Ahora ha vuelto a hacer el ridículo con su proyecto del Midcat, un gran tubo de 277 kilómetros que atravesaría los Pirineos para conectar las redes de un gasoducto entre Francia y España, tubo que Macron le obliga a meterse por donde le quepa. Item más, Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, advierte y critica en el Congreso, que la subida generalizada de las pensiones aplazará la recuperación hasta 2024, provocando una pérdida de bienestar. Sin duda, al maniquí le ha mirado un tuerto.

La única esperanza que nos queda a los españoles es que este absoluto inútil, tristemente conocido por Pedro Sánchez, el separatista que sembró el odio entre nosotros y nos estafó y empobreció, desaparezca de nuestras vidas para siempre.

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