Sánchez ya tiene su amnistía fiscal
Un pequeño accidente geográfico –un istmo arenoso– separa al Peñón de Gibraltar de la vecina Línea de la Concepción y el conjunto de la Península Ibérica. Sin embargo, esta distancia no deja de agigantarse en el plano político gracias a la gestión de Pedro Sánchez, que no ceja en su empeño de renunciar a cualquier atisbo de soberanía sobre esta histórica reclamación española; un territorio al que la misma ONU considera el único bajo dominio de una potencia colonial en toda Europa. La noticia que este martes adelanta OKDIARIO en exclusiva confirma que Sánchez ha dado un nuevo paso en esta dirección. Una de sus últimas decisiones como presidente del Gobierno ha consistido en decretar una suerte de amnistía fiscal para todas las sociedades offshore que hasta el momento han estado operando en el Peñón en régimen de paraíso fiscal.
¿Cómo se explica esto? Muy sencillo; es la prolongación lógica –en el plano tributario– de la negociación que la Unión Europea (UE) mantuvo con Reino Unido para el Brexit. Un acuerdo que, por renuncia de Sánchez, se alcanzó al margen de cualquier condición ventajosa para España. En aquel momento, y pese a la grandilocuente rueda de prensa en la que el presidente aseguró que el arreglo era “un paso decisivo para resolver un conflicto que dura más de 300 años”, la realidad –como el tiempo ha demostrado– fue muy otra: la inexperiencia internacional de Sánchez, unida a su ansiosa búsqueda de golpes de efecto con los que apuntalar a su precario Ejecutivo, le llevó a buscar la aquiescencia de la UE y el país británico a cualquier precio, al punto de renunciar a la histórica capacidad de veto que anteriores acuerdos internacionales sí le reconocían a España en todo lo concerniente a las relaciones entre la colonia británica y el Viejo Continente.
Si –en palabras del ministro de Exteriores, Josep Borrell– “el primer Tratado internacional entre España y Reino Unido sobre Gibraltar después del Tratado de Utrecht”, en la práctica ha servido para que España renuncie a su histórica reclamación sobre el aeropuerto de Gibraltar, esta última decisión de Sánchez, tomada ya en tiempo de descuento preelectoral, fortalece aún más la opaca economía gibraltareña. Así, La Roca, lejos de integrarse en el conjunto de la comarca andaluza, refuerza su posición de bilateralidad con España y de dominio estratégico sobre toda la zona. Una vez más, nefasto Sánchez.
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