Sánchez: ¡el exiliado debe ser Maduro, no Edmundo González!

Edmundo González, opinión, Pedro Sánchez

No pocos analistas concluyeron que algo extraño había detrás de las palabras de Sánchez en el Comité Federal de «la PSOE» del pasado sábado, en las que se refirió a Edmundo González Urrutia como de «un héroe a quien España no va a abandonar». Lo cual estaba justificado en su evidente «tibieza» ante el pucherazo electoral de Nicolás Maduro, aliado suyo y admirado amigo de sus socios políticos de Sumar y Podemos, todos ellos miembros del Grupo de Puebla y sin cuyo apoyo no podría seguir ni un día más en la Moncloa. Resultaba pues extraño tanto halago dedicado al gran opositor de Maduro, y virtual ganador de las elecciones en Venezuela. Pero ya ha sido aclarado lo sucedido y de manera especialmente lamentable con una manifiesta muestra de cinismo político al pretender convertir lo que es un favor más, y muy importante, al dictador venezolano, como una prueba del «apoyo del sanchismo a la democracia».

Es además tomar el pelo a los españoles, con una absoluta falta de respeto hacia ellos, al tomarles por tontos o ignorantes, o todo junto y a la vez. Una cosa es que los incondicionales del sanchismo, en el Comité Federal del PSOE, le aclamaran, aplaudiéndole entusiastas y en pie emulando a los que aplaudían o aplauden al «líder supremo» del momento, tanto en Corea del Norte o en la China de Mao, por citar algunos ejemplos, y otra cosa es considerar que esos entusiastas sanchistas representan al común de los españoles. Y no deja de ser digno de mención que aclamaban a su líder por haberse dignado a comunicarles que había decidido «presentarse a la reelección» de su cargo en noviembre en el Congreso de su partido, adelantado a esos efectos. Efectos que por si alguien todavía tiene alguna duda razonable, no es más que para conseguir un férreo «prietas las filas» en torno a su persona, antes de que la división por el concierto económico y fiscal pactado con ERC para investir a Illa, vaya a mayores en su partido.

Los corifeos del sanchismo encabezados para la ocasión por el ministro Albares, están siguiendo el guion oficial dictado para intentar convencer de tamaña falsedad a la opinión pública, desmentida por la evidencia de lo sucedido, e incluso por el mismo gobierno venezolano. En este caso encabezado por Delcy Rodríguez, su actual vicepresidenta, quien ha afirmado que el exilio de Edmundo fue «negociado y pactado con el gobierno español». Ella es conocida por tratarse de la portadora de las conocidas «maletas» recogidas personalmente en Barajas por quien entonces era la «mano derecha» de Sánchez en el gobierno y el PSOE, y jefe de Koldo, José Luis Ábalos, que hoy se siente «perseguido por Sánchez».

Lo cierto es que Edmundo González de 75 años, pidió asilo político en España ante las presiones recibidas por él y su familia por parte de la dictadura con el objetivo de que Maduro, encantado, aplicara el refrán de que «a enemigo que huye, puente de plata».Y ese puente se lo ha proporcionado su amigo Pedro Sánchez con la eficaz intermediación de quien es por todos sobradamente conocido.

Sostener a estas alturas que no ha existido esa absoluta connivencia con el dictador venezolano, es una total falta de respeto al pueblo español, al pretender hacerle creer el absurdo de que un perseguido por la fiscalía y con orden de detención, puede huir de la justicia venezolana en un avión oficial español y acompañado del ministro de Asuntos exteriores de España, que había aterrizado y despegado con total normalidad del aeropuerto de Caracas. La promesa de Sánchez acerca de que «no iba a abandonar al héroe» ha consistido- no en reconocerle como el legítimo presidente electo por los venezolanos-, sino en trasladarle a España para satisfacción de Maduro, alejando de Venezuela a su gran opositor. Que cada cual juzgue, una vez más ante los hechos de lo sucedido, la conducta política de Pedro Sánchez. Que ahora está en Pekín, negociando con Xi Jimping entre los jamones y los coches eléctricos. Algún día esperamos que responda de sus actos en el Congreso y el Senado. Al menos de momento.

Lo último en Opinión

Últimas noticias