Sánchez copia a Trump para condenar el franquismo: «Se comían a los gatos»

No deja de resultar un sarcasmo que Pedro Sánchez, en su afán de explotar la figura de Francisco Franco, se haya sumado al argumento electoral de Donald Trump de la ingesta de gatos. El presidente de Estados Unidos para sacar partido en las urnas dijo que los inmigrantes haitianos «se están comiendo a los gatos» y el presidente del Gobierno, también para sacar partido en las urnas, instará a los alumnos, en las dinámicas educativas de la Memoria Democrática, a que pregunten a sus abuelos si «tuvieron que comer gatos» durante el franquismo. Y todo para que los jóvenes tengan «una memoria del hambre de posguerra a partir de los testimonios de quienes lo vivieron», a través de entrevistas a sus antepasados sobre las «comidas extrañas» durante la época de Franco y cómo eso les ha impactado en el presente.

El proyecto sanchista tendrá dos objetivos claros y sencillos: el primero conocer de primera mano cómo fue el hambre que se padeció: qué productos faltaban, cómo era la vida en el Auxilio Social, cómo eran las cartillas de racionamiento, qué consecuencias sobre la salud y la vida tuvo el hambre y el segundo objetivo será conocer las estrategias que los grupos más desfavorecidos y que sufrieron hambre adoptaron para sortearla: inventar recetas, buscar y rebuscar productos inverosímiles, «activar picarescas de todo tipo para alimentarse».

El proyecto del Ejecutivo propone «un pequeño guion» que incluye cuestiones como si tuvieron que comer «comidas poco habituales, como hierbas en el campo, o animales como gatos, en ocasiones también alimentos en mal estado o adulterados» o «¿cómo se repartía la comida en casa, quién se llevaba las mejores y las peores porciones?». «Es una investigación -aseguran- que puede ser dura, porque lleva a recordar momentos difíciles de la vida de nuestros antepasados, pero al mismo tiempo regeneradora porque permite que se conozcan estrategias para sortear el hambre y resistir en tiempos difíciles», exponen. Lo de comerse a los gatos es un reclamo de lo más populista que une a Pedro Sánchez con Donald Trump, Francisco Franco mediante.