Sánchez busca humillar a Iglesias
A la hora de ejecutar una estrategia es fundamental el correcto manejo de los tiempos. Sin duda el equipo de Sánchez conoce bien dicha premisa, pues calcularon con maestría la mejor fecha para convocar las pasadas Elecciones Generales del 28-A. El calendario elegido propició una remontada más que notable del Partido Socialista. Ahora, meses después, lanzan una
ofensiva a Podemos con un documento con 370 medidas a 20 días de vencer el plazo para investir al presidente del Gobierno.
Para poder analizar la situación actual, debemos intuir cuáles son los objetivos del Partido Socialista. Para ello basta con recordar movimientos estratégicos anteriores para ver cómo trabajan las mentes pensantes que rodean al presidente Sánchez, es decir, Iván Redondo y compañía.
El gabinete del presidente está acostumbrado a trabajar con estrategias que puedan finalizar en dos posibles escenarios, donde ellos salen ganando en cualquiera de las dos opciones. Sería como una versión de la estrategia win-win sólo que en vez de existir dos partes distintas que salen beneficiadas, en este caso gana el PSOE ocurra el escenario primero o el escenario segundo. El mejor ejemplo lo vimos sobre cómo abordaron la moción de censura a Rajoy.
En la situación actual, el escenario primero sería un gobierno en solitario de los socialistas y el escenario segundo la repetición de elecciones. Ambos escenarios son cómodos para el PSOE. El primer escenario supone a corto-medio plazo continuar teniendo la sartén por el mango (por ejemplo, permite garantizar el puesto por más tiempo a los 330 altos cargos que ya ha
colocado Sánchez en la administración). El segundo escenario, es cierto que conlleva más incertidumbre, pero todo apunta a un buen resultado electoral para los socialistas e incluso la recuperación del bipartidismo, sistema por el cual han vivido de forma muy cómoda populares y socialistas durante décadas.
La maniobra de distracción de un posible gobierno de coalición durante el pleno de investidura de julio, pudo confundirnos a todos. De hecho, me imagino a más de uno de los que diseñaron la estrategia sudando por si en el último momento Unidas Podemos aceptaba dicha propuesta. Lo que está muy claro es que el gobierno de coalición no estaba en la agenda de los socialistas, pero les salió bien la jugada y además lograron afear el comportamiento de Unidas Podemos ante la opinión pública.
Ahora Sánchez presenta 370 medidas para gobernar en solitario. Algunos podrían pensar que es muy pronto para presentar dichas medidas, pues quedan varios días para agotar el plazo de negociación y en política cada día es un mundo. Supongo que el objetivo principal del documento presentado es erosionar aún más el liderazgo de Pablo Iglesias y un golpe en la primera línea de flotación de la formación morada. Sánchez sabe que las medidas que ha presentado dejan a Podemos sin discurso y posiblemente sin electorado en una hipotética repetición electoral. Además, el presidente en funciones acaba de dar un arma política para todos los que internamente no soportan a Pablo Iglesias y no le quieren ver de ministro ni a él, ni a Irene Montero. Por lo tanto, conforme pasen los días, el nerviosismo y las disputas internas en Podemos aumentarán de forma exponencial con el objetivo de desestabilizar al equipo negociador y rebajar las expectativas de la formación morada.
En próximos episodios habrá que ver la reacción de Unidas Podemos. Dado el carácter de macho alfa de Pablo Iglesias, preferirá que se hunda su partido a ceder ante los que quieran que claudique ante el PSOE de Sánchez. Iglesias confiará en que con menos escaños podría ser incluso aún más decisivo y tampoco le temblará el pulso para aceptar el órdago a lo grande de los socialistas y repetir los comicios. Lo único que igual haga a Podemos ceder y rebajar sus expectativas podría ser el cansancio negociador y su debilidad para afrontar unos nuevas elecciones. Si la formación morada no tiene recursos ni económicos ni humanos para afrontar un nuevo horizonte electoral, entonces quizás cedan ante el chantaje sanchista y tengamos un
gobierno socialista.