Un salvoconducto obsceno e inmoral
Tendrá que explicar el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, cómo es posible que dos diputados de la formación proetarra EH Bildu, Jon Iñarritu y Unai Urrozono, el primero en el Congreso de los Diputados y el segundo en el Parlamento de Vitoria, pudieran viajar hasta Jaén y visitar a presos etarras de este centro penitenciario, entre los que se encuentra el asesino Beñat Aginagalde, condenado a 44 años de cárcel por la Audiencia Nacional por el asesinato del empresario Ignacio Uría. Aginagalde, uno de los más duros de la banda terrorista, es clave para llegar a un acuerdo de acercamiento de presos al País Vasco y de negociación de beneficios penitenciarios.
Tendrá que explicar Grande-Marlaska cómo estos dos diputados se saltaron el estado de alarma el pasado lunes, estando prohibido los movimientos de personas entre distintos territorios. Y tendrá que explicarlo porque se antoja muy difícil que dos parlamentarios proetarras hagan un viaje de más de siete horas y casi 700 kilómetros, atravesando varias comunidades. Sólo es posible si disponían un permiso o salvaconducto que concede el Ministerio de Interior. O sea, Grande-Marlaska.
Tendrá que explicar Grande-Marlaska si ese salvoconducto existió, si los diputados de Bildu estaban autorizados para viajar a Jaén y visitar a los presos etarras. Si existió, lo que dadas las circunstancias se antoja muy probable, tendrá que explicar por qué. Por qué y a cambió de qué. En ese caso, tendrá que explicar Grande-Marlaska las razones que le llevaron a autorizar ese viaje y ese encuentro .
Si Marlaska estaba al corriente, tendrá que ofrecer muchas explicaciones. Y tendrá que ser convincente y no recurrir a excusas o medias verdades, que en su caso siempre son mentiras absolutas. Es verdad que los diputados pueden sortear el estado de alarma por motivo de su profesión. Pero pueden hacerlo por causas justificadas.
Por lo visto, visitar presos etarras es un motivo justificado. ¿Si o no, Grande-Marlaska?