RTVE: Los suspiros de JP

Un buen tipo este José Pablo López, JP, capo di capi en El Pirulí. Tan entregado está a la causa, lo que siempre soñó desde que bailaba el agua a Giménez Barriocanal en el canal de los obispos, que dedica muchas horas en la red X a subrayar sus triunfos y a llamar a sus amigos en los medios (tras asegurarles silla en las muy plurales tertulias de RTVE) para que pongan colofón a esos logros históricos en la tele estatal pública que pagan, bien a su pesar, los contribuyentes.

Mientras JP busca su lugar al sol en la plataforma de Elon Musk (¡cuidado, que tu jefe a una de estas te cesa!), su nuevo director de Informativos, Jon Ariztimuño (buen rapaz), intenta buscar intermediarios para que el Partido Popular levante a sus dirigentes el veto para asistir a cualquier programa de TVE. Resultado: el veto continúa.

Eso no importa tanto a los nuevos gestores como que, en efecto, RTVE, además de los 1.400 millones de los contribuyentes, necesita un rescate económico porque hay mucho gasto. Junto a los más de cien mil pavos a los nuevos consejeros (algunos han encontrado auténtico chollo antes de su jubilación, cuando en su anterior trabajo, si es que lo tenían, apenas facturaban 30.000 euros), hay que soltar un pastón a las productoras y endiñar 200 millones para el fútbol y pagar a Silvia Intxaurrondo, entre otras.

El trabajo y las penas se le acumulan al delgado malagueño. La Comisión Europea ha respondido a la reclamación que ante instancia hizo el PP respecto al sectarismo y el control gubernamental de RTVE por parte del Gobierno Sánchez. La respuesta no se ha hecho esperar. La vicepresidenta para Soberanía Tecnológica, Seguridad y Democracia, Henna Virkkunen, en carta de 3 de febrero, afirma que están vigilantes «porque el pluralismo de los medios es un pilar fundamental de las sociedades democraticas». Y continúa: «El nuevo Reglamento Europeo sobre la Libertad de los Medios de Comunicación tiene por objeto velar por la independencia editorial  de los prestadores de servicios de medios de comunicación públicos».

Esto no te lo saltas ni con Broncano, ni subiéndote a la chepa de tus amigos del nuevo ¡Sálvame!.