Que Sánchez se haga la foto con Txapote
Con la chulería y los malos modos que le caracterizan, en un corrillo informal con periodistas al terminar los actos institucionales del 45 aniversario de la Constitución, el miércoles 6 de diciembre Pedro Sánchez dijo a la prensa que pensaba llamar a Feijóo para proponerle celebrar una reunión en Moncloa antes de que finalice el año. No lo hizo, Sánchez no llamó a Feijóo sino que, cinco días más tarde, el lunes día 11 por la tarde, el gabinete del jefe del Ejecutivo contactó con el del líder del Partido Popular para proponerle por teléfono las fechas y los temas que, unas horas más tarde y sin esperar respuesta ni negociación ninguna, Sánchez contaría a las cámaras de Telecinco, en la entrevista que le hizo Pedro Piqueras.
El presidente del Gobierno pretendía recibir en Moncloa al líder de la oposición ayer lunes 18, el próximo viernes 22, o el siguiente, el 29 de diciembre. «He ofrecido tres grandes pactos de Estado», contó a las cámaras de televisión. «El primero, para la reforma del artículo 49 -de la Constitución- y quitar el término «disminuido». El segundo, para la reforma del sistema de financiación autonómica… Y, finalmente, reformar y renovar el Consejo General del Poder Judicial». Sánchez quiere que se constituya una comisión de trabajo para la que él ya ha designado a María Jesús Montero, Patxi López y Félix Bolaños. Y amenaza con que, si no hubiera acuerdo sobre la renovación del CGPJ, podría implantar la propuesta realizada en un artículo de prensa por el presidente interino del CGPJ, Vicente Guilarte, en el que dice que debería retirársele su principal competencia al órgano que él preside, que son los nombramientos de la cúpula judicial.
Guilarte es un catedrático de Derecho Civil que fue nombrado hace 10 años vocal del CGPJ a propuesta del PP, órgano que preside suplentemente desde julio. Y como tanto suele ocurrir con los supuestos independientes elegidos por el Partido Popular, tiene la curiosa costumbre de ausentarse de las votaciones, abstenerse o incluso votar a favor de las propuestas que benefician al PSOE. En 2015, siendo ya vocal del CGPJ, fichó como consultor externo del bufete de abogados Maio Legal, donde la socialista Elena Salgado -ex ministra de Economía durante el último Gobierno de Zapatero- figura como asesor senior.
En el artículo al que hizo referencia Pedro Sánchez, publicado por Vicente Guilarte en El País, se refiere en varias ocasiones como un problema «electoralista» al conflicto que mantiene bloqueada la renovación del CGPJ porque el PSOE pretende designar a dedo a unos nuevos vocales que respondan como marionetas a lo que Sánchez les ordene, mientras que el PP propone modificar antes la Ley Orgánica del Poder Judicial, para que los miembros del CGPJ sean elegidos de forma corporativa por los propios jueces, como obliga la Constitución. Para el presidente del CGPJ, elegido por el PP, dotar de independencia al órgano que él preside es simplemente un interés electoral del partido que a él le nombró. Y como solución «genial» propone dejar sin funciones al Consejo que está en funciones. ¡Brillante! Con estos bueyes tenemos que arar.
Ante la chulería y las amenazas de Sánchez, Feijóo da un pasito adelante y otro para atrás. El Partido Popular anunció que «por sentido institucional y democrático», acepta el encuentro desde el primer momento, pero puso una serie de condiciones, como que el orden del día les sea remitido antes por escrito y se añadan otros asuntos a tratar; con lo que van dando largas. Mientras el PSOE avanza con la Ley de Amnistía, los «pactos encapuchados» con Bildu, las comisiones en el Congreso para investigar el lawfare y la reunión entre Sánchez y Puigdemont en el extranjero siguen su curso mientras el PP aleja la foto que Sánchez quiere hacerse junto a Feijóo.
Si tenemos claro que Pedro Sánchez, junto a sus socios comunistas, proetarras y golpistas, está dando un golpe contra nuestra democracia, poniendo fin a la separación de poderes, impidiendo la alternancia, y atacando la unidad de España, ¿cómo va a acudir Feijóo a hacerse una fotografía dándole la mano al golpista? A Sánchez sólo hay que contestarle usando sus mismas palabras: no es no. ¿Qué parte del no, no ha entendido? La foto que Sánchez se la haga con Txapote, Josu Ternera, Junqueras y Puigdemont, y debajo que escriba bien grande: «SE BUSCA».
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