Que no sea una farsa

Que no sea una farsa

La Fiscalía Anticorrupción tiene que llegar hasta el final en sus investigaciones sobre las posibles irregularidades en el cobro de comisiones millonarias que hayan podido darse en la construcción del AVE a la Meca. Es obligación del Ministerio Fiscal esclarecer todas las dudas caiga quien caiga, aunque Juan Carlos I pudiera estar implicado según las confesiones de Corinna zu Sayn-Wittgenstein destapadas por OKDIARIO. La credibilidad del Estado está en juego. Si la Justicia mira para otro lado o renuncia a una investigación en profundidad, cualquier español se sentirá desamparado por un sistema que demostraría de forma manifiesta que no todos somos iguales ante la ley.

De ahí que resulte esencial esclarecer el posible caso de corrupción que hay tras las transacciones comerciales internacionales que sustentaron dichas comisiones. No será fácil. La estructura de dichos movimientos es muy difícil de desentrañar según las confesiones de su propia «amiga entrañable». Corinna aseguraba que habrían sido 80 millones de euros pagados a través de la mujer de un empresario saudí que, a su vez, habría entregado la mitad de esa cantidad a un empresario español y éste, por su parte, habría desviado todo o parte al Rey emérito. Por lo tanto, el caso exige solicitar información a Arabia Saudí, algo que lo complica todo aún más si cabe. No obstante, la Fiscalía Anticorrupción tiene que trabajar al máximo de su capacidad.

Cualquier caso ilegal ha de ser perseguido sin mirar el nombre y los apellidos de quien lo cometa. Sin embargo, más, si cabe, el del anterior jefe de Estado. Tanto la credibilidad de Monarquía Parlamentaria que recoge nuestra Constitución como el resto de órganos del Estado serán más fuertes con una investigación rigurosa. Especialmente tras la decepción de la semana pasada cuando los principales partidos constitucionalistas —PSOE, PP y Ciudadanos— tumbaron en el Congreso de los Diputados la comisión que investigaba las revelaciones de Corinna zu Sayn-Wittgenstein en las que nombraba el caso de dichas comisiones, las presuntas cuentas en el paraíso fiscal de Suiza así como la posible acogida de Juan Carlos de Borbón a la amnistía fiscal. Aunque sólo sea una parte, ahora está en manos de Anticorrupción que la verdad salga a la luz. Para la fortaleza del Estado resulta indispensable que así sea.

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