Que dirija la cátedra Begoña Gómez, que de eso sabe un rato
Que el Gobierno ha convertido el franquismo en una matraca que agita cada vez que vienen curvas es una evidencia. Y como de un tiempo a esta parte todo son curvas para Sánchez, Francisco Franco y la dictadura forman parte del paisaje socialista. Ahora, el Gobierno de Pedro Sánchez y la Universidad Rey Juan Carlos han suscrito un convenio para que el centro docente cree la cátedra de Memoria Histórica para revisar el tratamiento de la «lucha antifranquista», unos estudios que financiará con 150.000 euros que se entregarán a lo largo de los próximos tres años.
El objeto de la cátedra es «estudiar el tratamiento de los años de la Segunda República, la Guerra de España, la represión de la dictadura y la lucha antifranquista en los libros de texto de Historia de Educación Secundaria». Tiene guasa la cosa, porque en las unidades didácticas -así se llaman- se proponen «mejoras». OKDIARIO va a proponer en este editorial una: entierren políticamente de una puñetera vez a Franco y dejen de promover el enfrentamiento entre españoles.
O sea, déjense de cátedras de Memoria Histórica y, en lugar de mirar al pasado, afronten el futuro sin sectarismo, porque el revisionismo histórico de la izquierda resulta insufrible. Dice el Gobierno que pondrá a disposición de los alumnos al «personal de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática para impartir clases magistrales». Caramba, eso de que los altos cargos del Gobierno socialista den clases es el colmo. Pueden llamar a Pedro Sánchez, que seguro que lo borda. O a Begoña Gómez, que de cátedras sabe un rato. Todo es tan cansino, tan sectario que resulta inaguantable.
Esta gente, que vino presumiendo de Agenda 2030 no tiene otra agenda que la de 1936. Llevan toda la legislatura tratando de que hagamos un permanente viaje al pasado imponiéndonos su interesada memoria. Llevan casi ocho años a cuestas con Francisco Franco, removido de su tumba por imperativo sanchista y agitado a conveniencia por un Gobierno que, además de sectario, es un absoluto coñazo.