Procesiones, chascarrillos y el ChatGPT

Procesiones, chascarrillos y el ChatGPT

Después de los sonados eventos políticos del mes de marzo llegó la tregua pascual y, además de a procesionar -o de insultar a los que procesionan, que de todo ha habido-, nos hemos dedicado a la especulación, la elucubración y la figuración sobre cuestiones variopintas que, en ocasiones, afectan a las más altas magistraturas.

¿Es verdad que el Papa Francisco está muy enfermo y que se está planteando renunciar, siguiendo el camino de su antecesor? El ingreso durante tres días en el hospital Gemelli, su ausencia en el Viacrucis del Viernes Santo y la intervención más reducida en las diferentes celebraciones de la Semana Santa han hecho crecer los rumores. Parece más lógico pensar que a los 86 años -con esa edad ha fallecido Sánchez Dragó, que parecía estar a tope- es difícil estar en plena forma y afrontar, sin mostrar cansancio, la extensa agenda vaticana; y también lo es no verse superado, como se ha visto en el documental de Évole, por un mundo que evoluciona sin tener en cuenta los principios éticos a los que la Iglesia, por muy moderna que quiera ser, no puede renunciar. Pero este análisis más sosegado quita interés y morbo a la conversa, y no llena los titulares de los media y los muros de las redes sociales.

¿Conseguirá Ana Obregón registrar como hija suya al bebé nacido en Miami por gestación subrogada? Ante una cuestión que, si no se ha infringido ninguna norma, debería quedarse en la esfera ética y, por lo tanto, personal, el propio Gobierno ha entrado, una vez más, en descalificaciones ad hominem, lo que resulta impropio en una democracia. Sin entrar en la incongruencia de esa postura intransigente e incompasiva en quienes, además de no defender el derecho a vivir de los no nacidos, dicen que el mismo queda supeditado al derecho supremo de la mujer para decidir sobre su cuerpo. Mira, tal vez, con el absurdo cuerpo legal que están montando, ¡Ana podría optar por registrar a la pequeña como una mascota!

Pero desde luego el rumor que está dando más juego es el de la separación de los Reyes Felipe y Letizia. Algunos ya lo presentan como un hecho inevitable e inminente, al punto de que ya se estarían decidiendo residencias, asignaciones, tratamientos… Llegan incluso a explicarte que, si hasta ahora se ha mantenido la relación, ha sido por la voluntad de mantener la potestad sobre sus hijas; por eso, la gota que ha colmado el vaso habría sido el presunto desencuentro respecto a la formación militar de la Princesa Leonor. Obviamente, la Reina restaría valor a la misma, y querría evitar la convivencia de la princesa en un entorno castrense que permitirá relaciones de amistad y compañerismo distintas de las que ha tenido hasta ahora y potenciará determinadas orientaciones y valores. La Reina Letizia hubiera optado por continuar su formación en punteros centros educativos internacionales que incidieran en conocimientos más globales y actitudes más cercanas al progresismo woke. Como esa figurada toma de posiciones no sólo no resulta disparatada, sino que es creíble, pues ya tenemos los ingredientes para montar una película a estrenar en multitud de salas.

Y el otro entretenimiento, además del chismorreo, ha sido experimentar con el ChatGPT. Para los más descreídos no deja de ser un buscador avanzado experimental que, como ha manifestado la directora de The Financial Times, Roula Khalaf, propone historias (stories, en inglés) y soluciones a partir de su enorme memoria; y, sin embargo, para los más entregados se trata del cambio definitivo para la actividad intelectual y artística. Yo me quedo con que la inteligencia artificial es y será una utilísima herramienta que cambiará o eliminará procesos y profesiones, pero tengo todas las dudas sobre su capacidad de crear obras excepcionales, originales o auténticas. Porque, además, en la medida que sea capaz de generar obras novedosas y aparentemente apreciables, esas creaciones, aunque tengan belleza, dejarán de tener valor por el simple hecho de que cualquiera podrá repetirlas utilizando la correspondiente aplicación.

Los que conocemos nuestras limitaciones para interiorizar anticipadamente los avances tecnológicos, tenemos que confiar y ponernos en manos de los más entregados. Por eso ya he pedido a mi amigo Luis, que es tan entusiasta que a veces confunde un cuesco con un orgasmo, que le meta todos los parámetros a la herramienta y nos resuelva los chascarrillos que comentábamos más arriba. Y, de paso, que nos diga si finalmente se juntaran Sumar y Podemos, si Trump será condenado por pagar a la actriz Stormy Daniels, si en la UEFA sancionarán al Barça, si Carlos Herrera terminará por tener su propia cofradía o si será Roca Rey el triunfador de la Feria.

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