Primer acto para derrotar al peronismo
Hace unos meses, cuando se celebraron las elecciones primarias -conocidas como PASO- en Argentina para la lucha por la presidencia del país y Javier Milei, liberal al frente de La Libertad Avanza, resultó vencedor contra todo pronóstico, con un 30% de los votos, por delante del peronista y oficialista Sergio Massa, que se quedó en el 21%, y de Patricia Bullrich, la otra candidata de derechas en la coalición Juntos por el Cambio, que obtuvo el 17% de los votos, escribí en OKDIARIO que había un resquicio de esperanza para Argentina, porque había opciones para derrotar al peronismo, que lleva décadas empobreciendo a Argentina.
La derecha no debe perder esa opción que tiene, ya que entonces, en las PASO, sumó casi el 60% de los votos emitidos (Milei, Bullrich y Rodríguez Larreta), de manera que deben no dejar pasar esa oportunidad para desalojar al peronismo. Ahora bien, como escribí en aquel artículo, deben ser conscientes de que éste se va a organizar para tratar de movilizar a todos los votantes posibles.
El favorito para la victoria este domingo es Milei, un liberal que le habla sin complejos a la izquierda, desde su aparente excentricidad y extravagancia. Este economista, si es elegido presidente, deberá demostrar que es capaz de realizar todas las drásticas reformas que propone y no vacilar en llevarlas a cabo, porque los argentinos están pidiendo a gritos un cambio profundo que les devuelva la prosperidad. Ni el peronismo ni los complejos que a muchos les llevan a la socialdemocracia sirven para ello: debe haber un cambio profundo de reformas estructurales enfocadas hacia el crecimiento, hacia la prosperidad, que la experiencia muestra que el camino para lograrlo es el de las propuestas del liberalismo clásico o europeo.
Bullrich, discípula de Macri, de obtener ella la presidencia, deberá aprender de los errores de su jefe de filas, Macri, y acometer sin complejos las reformas que precisa la economía argentina, aunque hay serias dudas, por esa experiencia pasada de Macri, de que vaya a hacerlo de conseguir la victoria.
Si gana Massa, poco tiene que hacer Argentina, porque ese peronismo extremo que es el kirchnerismo, clavará más fuerte el ataúd en el que llevan años introduciendo a la economía de dicho país.
Es difícil que un candidato pueda imponerse en la primera vuelta, porque necesita, al menos, un 45% de los votos o un 40% con más de diez puntos de diferencia sobre el segundo. Quien está más cerca, según los sondeos, de conseguirlo, es Javier Milei, pero todo es una incógnita. No obstante, si pasan Milei o Bullrich con Massa a la segunda vuelta, el que quede eliminado de los votantes de centro-derecha debe apoyar al otro, o el peronismo se perpetuará, que sería nocivo para Argentina. Como el que más probablemente pasará, si no fallan las encuestas, es Milei, y Bullrich parece que quedará fuera, esta última debería pedir el voto para Milei en una hipotética segunda vuelta.
Ahora, eso son encuestas. Por eso, los candidatos de derechas no deben dar nada por ganado ni enfrentarse ferozmente entre ellos, más allá de la lógica competencia por captar votos, porque el peronismo actuará unido.
Por tanto, Milei o Bullrich -parece que más bien Milei- pueden ganar. Como decía en el mencionado artículo tras las primarias, esta posibilidad de cambio abre un resquicio de esperanza a Argentina para acabar definitivamente con el peronismo, que ha arruinado al país. Argentina cuenta con unos formidables recursos naturales, buena preparación educativa, dominio de los idiomas y masa crítica suficiente que pueda impulsar a la economía. De hecho, durante un siglo, de mediados del siglo XIX hasta mediados del siglo XX estuvo entre las cuatro primeras economías del mundo por nivel de riqueza, hasta el punto de ser la primera durante dos años, al final del siglo XIX.
Buenos Aires nada tenía que envidiar a Nueva York, por ejemplo, pero a mediados del siglo XX llegó el peronismo, que se consolidó en el país, con Perón o sin él, con dictadura o con democracia, y cronificó un régimen permanente de corrupción y mala gestión que ha sumido en la pobreza y el atraso a aquella magnífica nación. Su PIB per cápita es de unos 13.000 euros, la inflación alcanzó el 113,5% interanual en julio, último dato disponible cuando escribí el artículo de las primarias; pues bien, en dos meses, con datos de septiembre, la inflación asciende al 138,3%, y en el acumulado del año ha subido un 103,2%, de manera que en nueve meses los productos han más que doblado su precio, para hacernos idea de la hiperinflación existente.
Por su parte, los tipos de interés casi llegaban al 120% en agosto, momento de celebración de las primarias, y ahora ya se sitúan en el 133% y la mitad de la población sufre pobreza. Eso es lo que ha hecho y sigue haciendo el peronismo.
Quizás lo ortodoxo nos pueda parecer Bullrich, aunque Macri, al final, desaprovechó la gran oportunidad que tuvo y eso genera recelos sobre la determinación que podría tener su candidata Bullrich. Ahora bien, aunque ello fuese lo ortodoxo, quizás el peronismo ha dejado tan maltrecha a Argentina que necesita un cambio radical, reformista, de cirugía intensa en el gasto, como la que propone Milei.
Milei, de ganar, no puede tener dudas en aplicar su programa económico para realizar el ambicioso -a la vez que necesario- cambio en la estructura económica que propone. No puede hacerse en base a deuda ni a más incumplimientos con el FMI. Los años de Macri terminaron siendo, como he dicho, una oportunidad perdida y si se consigue desalojar al peronismo no deben estropear otra oportunidad.
Los seguidores de Milei, muchos jóvenes y no precisamente de capas favorecidas, claman por la libertad y reclaman poder ganarse la vida con su esfuerzo y trabajo, rechazando los subsidios. No quieren ser una sociedad subsidiada, porque no quieren convertirse en personas a los que les arrebatan su capacidad para desarrollarse. No quieren ser votos cautivos del gobernante que reparte subsidios. Quieren prosperar y, con ellos, que Argentina vuelva a ser la gran economía que fue. Quieren, por tanto, poder trabajar y ganarse, con ello, su vida; no quieren ser mantenidos. Por eso, si gana Milei no les puede fallar, porque si les fallase supondría enterrar la última esperanza que tiene Argentina. Para conseguir transformar Argentina cuenta con muy buenos colaboradores, de la talla de Martín Krause, excelente economista liberal, Secretario de Educación de Javier Milei.
En definitiva, Milei y Bullrich tienen una gran responsabilidad ante ellos y por encima de sus ambiciones personales: han de lograr derrotar al peronismo y volver a introducir a Argentina en la senda de la prosperidad, de donde nunca debió salirse. Ojalá tenga suerte Argentina y se libere del peronismo, para lo cual parece que lo más racional, el voto útil es hacerlo por Milei.