El PP post-Cayetana

El PP post-Cayetana

Pasados unos días de la renovación de las portavocías del PP, han comenzado los nuevos su labor entre alabanzas de la inquisición izquierdista por la “moderación”. Llegados a este punto, creo que valdría la pena preguntarse ¿y después de Cayetana, qué? Como dijimos la semana pasada, una cosa es el arrojo de Cayetana Álvarez de Toledo (CAT), y otra su coincidencia con la esencia y la tradición del PP. CAT es una jacobina de difícil encaje en un partido de tradición conservadora, democristiana, reformista, regionalista y de derecha social.

Para responder a la pregunta de qué podría ser el PP hacia delante, creo que el PP debería empezar por mirar hacia atrás: en su historia hay un acervo riquísimo de ideas que confluyeron en la fundación y crecimiento del partido. Poner un equipo de gente a estudiar los escritos de los “7 magníficos” de AP, de los pensadores que les inspiraron, o de los pensadores recientes del centro derecha (una buena lista sería la de los firmantes de la Declaración de París –Scruton, Brague, Spaemann, Negro y otros-) y sacar de ahí ideas válidas para la España de hoy, sería una preciosa labor para la Fundación Concordia y Libertad (de cuya labor en dos años de casadismo no tenemos noticias).

El PP puede mirar sin miedo a sus raíces. Hay que tener en cuenta que aquellos ‘7 magníficos’ incubaron muchas ideas para un tiempo de cambio. Su defensa del régimen anterior no era para anquilosarse en él (como hacen los políticos mediocres de ahora, bajo la etiqueta de “constitucionalistas”), sino para que las propuestas de reforma no fueran destructivas. Si bien se miran las ideas de un Fraga, un Martínez Esteruelas o un Fernández de la Mora, se hallarán unas propuestas bastantes mas democratizadoras de las que luego pusieron en práctica los suaristas y el “clan de la tortilla”. Releer a los padres del partido dotaría al PP de un criterio capaz de ofrecer una alternativa viable, creativa y regeneradora para un tiempo crítico como el actual.

Ahora bien, para tener un PP con contenido es imprescindible superar el complejo. impuesto por quienes estigmatizan cualquier idea anti-progre como antisistema (mientras ríen la gracia a los antisistema de verdad). El centro derecha debe defender su derecho a disentir del modelo socialista de impuestos, autonomías, educación, sanidad, medios de comunicación o separación de poderes, formulando su alternativa. Debe disentir incluso del modelo cultural del nuevo orden mundial, que el PSOE aplica en España a la perfección, si pretende ser alternativa.

La idea de Casado (Julio 18) de que “el PP ha vuelto”, es posible más allá de Cayetana. Evitar su extravagancia no excluye la solidez de ideas. Las que fluyen de la tradición del PP son mucho más ricas que las que aporta(ba) la doctora argentina. Se opte por unas ideas u otras, por un estilo u otro de comunicarlas, el PP no puede prescindir de las raíces ni del contenido. Si la dirección actual del PP no bebe de sus raíces, es más probable que termine como UCD (partido que tenía poca raíz y poco contenido) que como la vieja AP (convertida luego en partido de gobierno).

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