La política, un género de la comedia

La política, un género de la comedia

Decía Nietzsche que el humor nos da la talla de la inteligencia y los alcances intelectuales de una persona y no puedo estar más de acuerdo, detrás de un adusto no encontraremos a nadie disparatadamente brillante. Esta regla, llega a la más asombrosa apoteosis en la figura de Zelenski que estudió derecho, pero lo dejó todo para ser clown, y guionista, y no es una crítica, al contrario, ese pasado es encomiable y enriquecedor. No en vano su carrera comienza en un extraño (para nosotros) producto televisivo ruso, los KVN, acrónimo del Club de los alegres e ingeniosos que era como una competición de sketches con rango de deporte nacional, ligas y todo su cortejo mediático.
En efecto, la única experiencia política de Zelenski antes de convertirse en presidente de Ucrania era la de un actor que representaba el papel del Presidente de Ucrania en la popular comedia Servidor del Pueblo.

Recordemos solemnemente al personaje inmortal e incorruptible de Mr. Carson, mayordomo de Downton Abbey, que, también, se avergonzaba de su pasado de cómico sobre las tablas… Sin embargo, hay que ser muy serio para hacer reír, y después de triunfar en la pequeña pantalla y de hacerse rico con su ingenio y su socarronería en los escenarios, Zelenski lo dejó todo por la presidencia para, más tarde convertirse en héroe militar luchando por su país en vez de aceptar las múltiples ofertas de evacuación. Quién le iba a decir cuando bailaba (espectacularmente bien) en el equivalente a Mira quién Baila ucraniano, que ganó en 2006, que en 2022 lideraría el bando de los “buenos” en una hipotética tercera guerra mundial.

Volodímir Oleksándrovich Zelenski tiene sólo 44 años. Ha trabajado de guionista, productor y director y pese a haber doblado las películas infantiles del oso Paddington, ejerce desde el 20 de mayo de 2019 como el 6º Presidente de Ucrania.

Su llegada al poder es uno de los episodios más simpáticos y extravagantes que encontramos en la historia de la política mundial, aunque debe ser cosa de los países del Este porque para alcanzar su posición actual se enfrentó a otro singular candidato, Slava Vakarchuk, el líder de la famosa banda de rock Okean Elzy.

La serie Servidor del Pueblo se emitió de 2015 hasta 2019. En 2018 los empleados (sí que tenía que ser buen cómico y mejor jefe) formaron un partido político con el mismo nombre y lo llevaron a la presidencia en la vida real. ¿No es maravilloso? Otra fantasía de esta historia es que el equipo del presidente derrotado, Poroshenko, fue quien les dio la idea cuando en 2016, con la serie en pleno apogeo, incluyeron al personaje de Zelenski en las encuestas de opinión junto a candidatos de verdad como experimento.

Pero hay más, mucho más, en 2008 protagonizó su Sexo en Nueva York particular, tan exitoso, como para dar lugar a dos secuelas, y criticado por muchos acusados de ser una mala versión para hombres de la mítica serie de Sarah Jessica Parker. En la saga de comedias No Love in the Big City al parecer interpreta a un promiscuo dentista (y sus mujeriegos amigos) que, tras ingerir un mágico bebedizo, son privados de su capacidad eréctil. Los muchachos intentan toda clase de estrategias para recuperar su virilidad, pero todo es en vano porque su impotencia es causada por una especie de sortilegio hasta que consigan enamorarse verdaderamente y recuperar “lo perdido”.

En 2012 interpretó a Napoleón en una comedia tontísima, pero sobre todo hortera, vomitada por la crítica, en la que el emperador es un insaciable depredador sexual al que sus enemigos tienden emboscadas a través de guapísimas amantes con pinta de modelos de los noventa. Un espanto.

Su película mejor considerada es Fist Dates, del mismo año que la anterior, una especie de Día de la Marmota en la que Zelenski se levanta cada mañana con una mujer que no conoce en su cama, y así un día y otro y otro…

Imagino que ahora Zelenski es inspiración para otros artistas que deseen ser presidentes. ¿Saben que hacía años que los guasones compañeros de reparto le llamaban «señor presidente» al cruzarse con él en el ascensor o el cuarto de baño? Me pregunto si la política también es una forma de espectáculo o un género literario y puede que sí. Definitivamente sí.

Lo último en Opinión

Últimas noticias