Pin Parental como defensa contra extremistas

Pin Parental como defensa contra extremistas

Lo hemos visto y vivido muchas veces, todos los extremistas intentan adoctrinar a los niños para hacer proselitismo de su ideología de odio al diferente. Nazis, fascistas, comunistas, chavistas… Todos han arrebatado siempre “el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones” que claramente garantiza nuestra Constitución en su artículo 27.3. Y todos ellos siempre lo han hecho utilizando el mismo argumento: que el Estado tiene la obligación de formar a los ciudadanos en unos valores superiores a los que elijan los padres y que ellos, los nazis, fascistas, comunistas o chavistas, protegen a los hijos de los demás de las ideas “reaccionarias” de unos padres que no comulgan con la ideología de los extremistas que ostentan el poder del Estado represor y adoctrinador. Por eso en el gobierno socialcomunista español se han puesto tan nerviosos por el “pin parental”.

Si el que ostenta el poder es un nacionalista extremo, como ocurre en Cataluña, los niños serán adoctrinados en ese nacionalismo que odia a España quieran o no los padres. Cuando el Estado es controlado por la extrema derecha, como ocurrió en Alemania o Italia el siglo pasado, a los niños se les enseñará a odiar a los judíos, a los gitanos o a los comunistas. Y si el sistema educativo es dominado por los comunistas, como en Cuba, Venezuela, China y ahora en España, se transmitirá a los niños el odio a la libertad y sus ideas anticapitalistas, neoecologistas, neofeministas, su ideología de género y su multiculturalidad. Los fascistas dicen que los comunistas adoctrinan pero en cambio ellos transmiten valores universales y los comunistas opinan que es justo al contrario. Pero del mismo modo tanto unos como otros despojan a los padres de la responsabilidad de educar y proporcionar una formación integral a sus hijos, que es un derecho y una obligación inherente al ejercicio de la patria potestad que les corresponde en cualquier democracia liberal.

Por ejemplo, hace años la asignatura de religión católica fue obligatoria en los colegios españoles pero dejó de serlo en la Transición. Si algún partido ultraconservador ganase las elecciones en España se podría plantear que de nuevo volviera a ser obligatoria y evaluable para todos los niños españoles y posiblemente muchos padres de extrema izquierda desearían en ese caso también que un “pin parental” les permitiera excluir a sus hijos de dichas enseñanzas. Aunque Begoña Villacís y Ciudadanos no lo entiendan, los liberales no queremos que a nuestros hijos ni a los de los demás se les transmitan valores morales de ningún tipo sin el consentimiento de sus padres. Queremos que la libertad para elegir el tipo de educación de nuestros hijos sea total y absoluta sin que el Estado ni nadie les impongan sus creencias. Pretendemos para todos una libertad que nos proteja de todos los extremistas ya sean nazis, fascistas o comunistas.

Los liberales no nos conformamos con un “pin parental” que sólo sirve para excluir a nuestros hijos de las actividades complementarias impartidas por personal no decente que no nos agradan. Deseamos que todas los temarios estén libres de un adoctrinamiento indeseado. En las escuelas públicas españolas se adoctrina en todas las asignaturas. En historia se enseña la falsa memoria histórica revanchista. En ciencias sociales se transmite neoecologismo de extrema izquierda. Las ciencias naturales están impregnadas de ideología de género y ultrafeminista. Y el anticapitaismo está presente hasta en los enunciados de los problemas de matemáticas. Los liberales pedimos el “cheque escolar” que nos permita elegir el tipo de escuela a la que asisten nuestros hijos, para que los que quieran formarlos en un entorno comunista puedan hacerlo libremente y quienes no lo deseamos podamos librarnos del extremismo de Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y todos los perturbados a los que están eligiendo para cargos de responsabilidad. Pero hasta que se consiga tendremos que conformarnos al menos con el “pin parental”. Porque un poco de libertad siempre es mejor que nada de libertad.

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