La persona en el centro
La agenda política, la opinión pública y la opinión publicada está saturada de polémicas y de debates creados artificialmente y que no responden en general a los auténticos problemas y preocupaciones de los españoles. La izquierda radical y sus «estructuras de resistencia» subvencionadas, los partidos separatistas y sus líderes políticos que han hecho de esa causa su modus vivendi y los nuevos populismos que se han instalado en la política española están marcando la agenda pública y, también, la hoja de ruta de un Gobierno de España que necesita alimentar a sus socios para mantenerse en el poder.
Por eso es más necesario que nunca el cambio político en España para que los auténticos problemas de los ciudadanos entren en la agenda pública y sean abordados con seriedad y con rigor por el Gobierno central de forma coordinada con el resto de gobiernos autonómicos y locales que surjan de las urnas el próximo 28 de mayo. Estamos hablando de cuestiones tan capitales que preocupan a los españoles de cualquier edad y condición como la educación de nuestros hijos, el empleo, la conciliación de la vida personal, familiar y laboral, el acceso a la vivienda, la natalidad, la salud física y mental, el envejecimiento activo de nuestros mayores o la soledad no deseada. Y tras de todo ello, el sostenimiento del Estado del Bienestar, incluido el sistema público de pensiones.
Por eso es un acierto que la nueva edición de las Jornadas Populares del PP de Madrid se haya centrado, en esta ocasión, en la persona y en el ciudadano tratado por la política desde su compleja individualidad y no como parte integrante de una colectividad a la que poder, en primer término, etiquetar y, acto seguido, tratar de adocenar para obtener un rédito político fácil.
España necesita ciudadanos libres y emprendedores, en el sentido más amplio del término, que hagan de nuestro país el mejor lugar para vivir. Y para eso necesitamos proteger a las familias, sin etiquetas, y fomentar la natalidad con medidas transversales de todas las Administraciones públicas y de la sociedad en su conjunto, para que el nuestro sea un país con vida y con futuro.
Necesitamos mejorar la educación y fomentar el pensamiento crítico y la cultura del esfuerzo de nuestros estudiantes para que mañana puedan competir en igualdad de condiciones en un mercado cada vez más complejo, especializado y globalizado.
Necesitamos profundas reformas económicas y estructurales que permitan que se vigorice el crecimiento económico generador de empleo, lo que a la postre es la mejor garantía de protección del Estado del Bienestar que nos hemos dado todos los españoles.
Necesitamos un país que piense en sus mayores, en darles la mayor calidad de vida posible, con el mejor sistema público sanitario y, cuando sea necesario, el más avanzado sistema de servicios sociales y de atención a las personas en situación de dependencia.
Necesitamos un país que no excluya a nadie y que garantice una verdadera igualdad de oportunidades. Un país que entienda la diversidad y que, desde la búsqueda de la excelencia, pueda potenciar las capacidades de todas y cada una de las personas.
Necesitamos un país que facilite segundas oportunidades a quienes las precisen, pero, también, que premie la excelencia, el mérito y el trabajo de todos aquellos que se esfuerzan por mejorar cada día y por desarrollar su proyecto personal, laboral y/o empresarial en España. El progreso de nuestro país depende de la voluntad y del esfuerzo individual de todos y cada uno de nosotros y de la capacidad que tengamos desde los poderes públicos de proteger y recompensar ese esfuerzo.
Necesitamos un país con una Administración y unos poderes públicos que garanticen la justicia, la seguridad jurídica, la igualdad de oportunidades y la prestación de unos servicios públicos de calidad y que lo haga de forma compatible con una fiscalidad equilibrada, lo que facilitará a su vez el crecimiento económico y la atracción de inversión y de talento. Una Administración que elimine trabas y que permita que las personas, las empresas y los autónomos puedan desarrollarse libremente en nuestro país sin dependencias artificiales de lo público y de aquellas políticas que alientan la subvención como una forma de rendición al poder político de turno.
Por todo ello, saludamos la iniciativa del Partido Popular de Madrid de comenzar a construir la agenda política de Madrid y del conjunto de España de los próximos años situando a la persona en el centro. Renunciemos a la política de la polarización y de la exclusión del que no piensa como nosotros. Superemos los debates identitarios y aquellos que buscan destruir el proyecto común que nos hemos dado todos los españoles desde hace muchos años. Abandonemos toda tentación de utilizar lo público para hacer ingeniería social y centrémonos en la persona y en la capacidad que tenemos desde la política para mejorar su calidad de vida. De esta forma, los aciertos serán sin duda mayores, el arte de hacer política se dignificará en nuestro país y los españoles, sin duda, no lo agradecerán.
Miguel Ángel García Martín es viceconsejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid y Secretario de Programas Electorales del PP de Madrid.