Pedro Sánchez y los lunáticos de la derecha

Pedro Sánchez y los lunáticos de la derecha

A mitad de la semana pasada, el Presidente del Gobierno acusó a los que critican su alianza gubernamental, alertando del peligro comunista, de «posiciones lunáticas» que «no tienen nada que ver con la realidad que viven los ciudadanos». «España no se ha roto, no hay una dictadura, no han venido los bolcheviques», dijo. Y, una vez más, nos insistió en que el problema del “no” de la derecha no está en sus inquietantes alianzas, sino en que la derecha no ha admitido su derrota.

Ya hemos dedicado otro artículo a analizar el falso relato de la derecha que hace Sánchez (en el PP no hay trumpismo, y de ahí sus males). Sin embargo, resulta interesante, al hilo de estas declaraciones del Presidente, analizar si el relato de la derecha sobre el Gobierno tiene algo de verdad:

A decir de la derecha, Sánchez es un peligroso socialista que ha entregado al PSOE a la extrema izquierda cediendo a las pretensiones de comunistas, republicanos, independentistas y abertzales. Algo ha debido calar, cuando ahora Sánchez pretende tranquilizar a la gente poniendo en valor que la Constitución sigue en pie, que él defiende la Monarquía, y que España no se rompe. Ante la disparidad de relatos, caben dos hipótesis: o bien Sánchez es realmente un marxista peligroso, o bien esto es mentira. Pero en el caso de que sea mentira, entonces el PSOE está engañando a sus socios, que no van a tener ni república, ni socialismo real, ni referéndum, ni independencia, ni co-soberanía, ni confederalismo.

La historia está llena de precedentes en los cuales el PSOE engañó a la vera izquierda para absorberla electoralmente. La habilidad del PSOE en este campo es digna de pasar a los manuales de historia. Según he podido saber recientemente, la cúpula del PSOE de finales de los setenta consiguió que la URSS retirase su apoyo al PCE para ocupar su espacio, a cambio de celebrar un referéndum sobre la OTAN cuando llegasen al poder. Se merendaron a los comunistas de entonces, llegaron al poder, y celebraron el referéndum… sí, pero pidiendo el “si a la alianza”: España se quedó en la OTAN, el PSOE en el poder, el PCE fuera de juego y la URSS con cara de tonto. Si fueron capaces de reírse de la mismísima URSS, ¿de verdad que alguien duda de que se la van a jugar a estos socios de ahora?

A juzgar por el apoyo popular de que sigue gozando el PSOE, sospecho que muchos votantes moderados confían en Pedro. Así las cosas, me temo que la derecha, cuyo relato no es del todo falso (y los hechos van confirmándolo), tiene un problema serio: para vencer a Sánchez no basta con agitar el relato asustaviejas de que vienen los comunistas, pues a estos parece que les van a timar. Hace falta una propuesta política alternativa. Una alternativa que rompa con el consenso progre y el marxismo cultural. Algo a lo que no parecen dispuestos en la calle Génova, aunque si en Vox.

Y es que, cuando la propia realidad es pobre (como era pobre la del PSOE frente a Rajoy, pues ni los recortes eran graves ni el PSOE ofrecía algo distinto a la socialdemocracia plana de Rajoy), se exageran los relatos y claro… te llaman lunático. Si el PP abandonase el consenso progre, no necesitaría recurrir a relatos lunáticos. Eso sí, le llamarían fascista, y siendo que eso les aterra, prefieren quedar de lunáticos…

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