Pedro, lo de Franco ya no cuela
Este Gobierno incapaz de hacer frente a las crisis que está ahogando a los españoles no encuentra otra manera para desviar la atención que recurrir a la cortina de humo del franquismo y al soniquete de la memoria democrática. Tras el siniestro total del PSOE en Andalucía, Pedro Sánchez iniciará de «manera inmediata» los trabajos de exhumación de los restos de víctimas de la Guerra Civil y la dictadura franquista enterrados en el Valle de los Caídos. Y es que se ha comprometido con sus socios a que una vez que la justicia ha levantado las medidas cautelares decretadas por un juez al considerar que los trabajos podían provocar daños irreparables, la exhumación se se efectúe a toda prisa.
El martes pasado, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) acordaba levantar la suspensión al entender que los trabajos no conllevarán «una transformación urbanística irreversible de las criptas», argumento que le ha valido al Ejecutivo socialcomunista para volver a utilizar el fantasma de Francisco Franco como coartada. De modo que Sánchez vuelve a las andadas y utilizará la figura del dictador como instrumento de distracción. El problema es que Franco ya no cuela y eso dando por hecho que alguna vez colara. Si Pedro Sánchez cree que agitando la Guerra Civil va a recuperar la confianza perdida es que ha perdido por completo el sentido de la realidad.
La matraca de la memoria histórica como forma de excitar a la izquierda no va a dar resultado por la sencilla razón de que el tema está tan manoseado que lo que provoca es cansancio en una sociedad que lo que espera del Gobierno es que resuelva los graves problemas del presente y no se remonte a la España de hace casi 90 años. Sánchez, erre que erre, vuelve a abrazarse a Franco para invertir el curso de las encuestas, pero en las actuales circunstancias la jugada, por cansina, puede volvérsele en contra.