Un paraguas para el PSOE (el PSOE sin Chacón)

Nos presentó alguien a quien las dos queremos mucho. (Disculpa que siga usando el presente, pero aún no termino de asumir que te hayas ido). Un desayuno en su casa. Yo, recién embarazada de Mateo. Llegué tarde. Era invierno. Y os anuncié la buena nueva. Recuerdo tu abrazo, tu alegría. Esa sonrisa. La complicidad de quien me animaba a abrir la puerta de la maternidad. Y me hablaste de Miguel, que entonces era muy pequeño. Fotos y más fotos.

Compartimos, desde entonces, complicidades. Muchas. Conversaciones por teléfono, mensajes. Algún que otro cómplice secreto que siempre quedará bien guardado. Tu frescura. Esa siempre. Llovía al salir de aquél precioso hogar del centro de Madrid, del Madrid de los Austrias. Me regalaste tu paraguas. Multicolor. Para protegerme de la lluvia que nos sorprendió aquel día. Una mañana lluviosa pero llena de sol. «Para la lluvia y todo lo que intenten echarte encima», me dijiste. ¡Y cómo lo sabías! Ese paraguas multicolor significaba muchas cosas. Una protección, un escudo, una manera de mantenerme a salvo en medio de los proyectiles. Esos que tan bien conocías y que tantas lágrimas te hicieron brotar.

Precisamente un paraguas así necesita hoy el PSOE. Pero tú ya no estás para prestárselo. Yo aún lo guardo. Jamás lo volví a usar. Porque lo conservo como el regalo que un día me hiciste, lleno de significado. Hoy, más todavía. Sé que cada día que pasaba desafiabas con fuerza todos los pronósticos. Así lo quisiste, y así ha sido: un corazón al que sacaste todo el jugo. Porque no te resignaste a verlo todo pasar. Te metiste en todas las batallas, y todas las viviste. Asumiste los papeles que te tocó desempeñar, por tu sentido de lealtad a quienes hoy lloramos tu pérdida. Yo sé bien por qué diste algunos pasos difíciles de entender. Y comprendo que la lealtad a veces tiene estas cosas. El tiempo sabrá poner todo en su correcto lugar.

Estoy convencida de que tu vida ha sido aprovechada en cada instante. Y que lo único que de verdad importa, Miguel, sabrá conocer la grandeza de quien, además de ser una madre maravillosa, ha sido una grandísima mujer y socialista. Aquí tengo tu paraguas. Y tu recuerdo. Cumpliremos con nuestra palabra.