Orriols, hija de Mònica Terribas

Sílvia Orriols

Sílvia Orriols es hija de Mònica Terribas. Y de Jordi Basté. Y de Pilar Rahola. Y de Toni Cruanyes. Y de Ricard Ustrell. Y de Toni Soler. Y de Toni Albà. Y de Peyu. Y de Jair Domínguez. Y de Joel Díaz. Y de Vicent Sanchis. Y de Joan Laporta. Y de Carles Puigdemont. Y de Pere Aragonès. Y de Oriol Junqueras. Y de Eulàlia Reguant. Y de David Fernàndez. Y de Quim Torra. Y de Artur Mas. Y de Carme Forcadell. Y de Laura Borràs. Y de Lluís Llach. Y de Jordi Cuixart. Y de Jordi Sánchez. Y de miles de políticos y propagandistas separatistas que fanatizaron a centenares de miles de catalanes y les vendieron que España era una semidictadura como Turquía con jueces y policías fascistas de la que había que liberarse a cualquier precio. Y había que hacerlo saltándose la legalidad democrática de un Estado de derecho para que el pueblo catalán –según ellos, uno de los más cívicos, pacíficos y avanzados del mundo occidental– consiguiera su libertad.

Cuando la tramoya cayó, centenares de miles de catalanes fanatizados por esta tropa de oportunistas vieron que todo era humo, que ni había República ni nada, que todo fue una huida hacia adelante para seguir en el poder y repartirse los cargos y las prebendas. Pero ya habían radicalizado sus creencias ancestrales de que «España nos odia por ser catalanes y odia nuestra lengua, orgullo de las lenguas del mundo porque nos da una forma de ser diferente, y mejor».

Y al comprobar que en los últimos años ERC, Junts y la CUP compiten entre ellos para ver quién pacta más con el opresor Gobierno de la opresora España – o sea, con Sánchez – muchos de estos catalanes han buscado a alguien que fuera coherente con el rencor que les han inculcado durante más de una década desde TV3, Catalunya Ràdio, RAC1 y el aluvión de medios de comunicación controlados por los separatistas y sus compañeros de viaje.

Y ahí estaba Sílvia Orriols. Diciendo las verdades del barquero para estos catalanes fanatizados por el separatismo mediático. Que España les persigue y que hay que combatirla. Que hay que defender la lengua catalana al precio que sea. Que Cataluña es una de las naciones más antiguas del mundo y orgullo de la humanidad y que España es un país africano y dictatorial. Y que ella, a diferencia de Junts, ERC y la CUP, no pactará jamás con los socialistas ni con ningún partido español. Y muchos la han creído.

Además, la desastrosa política migratoria del nacionalismo catalán desde la época de Pujol, y la del sanchismo-podemismo, ha llenado Cataluña de guetos que la policía autonómica no controla y que exportan delincuencia hacia el resto de barrios y ciudades. Y la política de «desobediencia selectiva”» de los ocho años de mandato de Ada Colau en Barcelona y la década de los gobiernos Puigdemont, Torra y Aragonès en la Generalitat ha llevado a un clima general de respeto nulo a las leyes.

Y ahí también estaba Sílvia Orriols para decir que se acabó la inmigración ilegal, las okupaciones ilegales y la delincuencia campando a sus anchas. Esta unión de discurso firme en seguridad y de dureza frente a su odiada “España” está arrasando entre un electorado separatista harto de mentiras y de desorden. No olvidemos que Junts se ha dedicado a coquetear con la extrema izquierda durante el procés.

De ahí que ahora muchos separatistas de los que han controlado la vida catalana durante décadas se rompan las vestiduras cuando ven que todos los sondeos dan a Aliança Catalana una subida espectacular. De 2 a 19 diputados en el Parlament según ‘La Vanguardia’, en una tendencia sostenida en todos los estudios electorales.

De ahí que resulte muy falso que una periodista como Mònica Terribas simule plantar cara a Sílvia Orriols, cómo interpretó hace unos días en RAC1 en el programa de Jordi Basté. Quiso hacer ver que repudiaba a la líder de Aliança Catalana y jugó a hacerle preguntas incisivas, como si fuera una periodista, y a cortarle cada vez que la alcaldesa de Ripoll intentaba hablar.

Lástima que Terribas, como Basté, fuera una de las máximas culpables de crear el caldo de cultivo que ha facilitado el auge de Sílvia Orriols. Terribas era la que incitaba, desde los micrófonos de la emisora de la Generalitat, a que el procés siguiera adelante. Era la que lanzaba cada día consignas separatistas. Era la que pidió a sus oyentes que llamaran a la emisora para dar la localización de los vehículos de la Guardia Civil para así dificultar su trabajo. Sílvia Orriols es su criatura, y ahora le ha crecido demasiado y le asusta. Pero si Aliança Catalana consigue un magnífico resultado en las urnas será por el clima que los activistas separatistas que juegan a periodistas, y sus jefes en los partidos políticos, han creado.

Lo último en Opinión

Últimas noticias