¿Va a regalar Vox Murcia y Madrid al PSOE?
Sostenía un revolucionario ruso del siglo XIX de nombre impronunciable –Nikolái Gavrílovich Chernyshevski– que “cuanto peor, mejor”. De uno de sus escritos Lenin recogió la frase y la hizo mundialmente famosa. Vistos ya con la suficiente perspectiva los resultados de la desastrosa experiencia bolchevique, hay que sostener más bien lo contrario, es decir, que “cuanto peor, peor”.
En los dimes y diretes de las negociaciones, el partido de Santiago Abascal ha tumbado el primer intento de investidura de Fernando López Miras (PP) en Murcia. Su actitud podría tener cierto grado de justificación en tanto en cuanto sirviese para reforzar su posición de fuerza en posteriores pactos. Pero si consiste en una respuesta de corte emocional, fruto del despecho, o de una desmedida ambición, mal vamos.
En el eje ideológico de la derecha, Vox ha obtenido en las plazas más significativas siempre el mismo resultado: tercera posición. Ciertamente, la actitud finolis de Ciudadanos con respecto a ellos resulta enervante. El propio portavoz de Vox en el parlamento de Murcia, Juan José Liarte, ha señalado que «la ciega e irracional negativa de Ciudadanos a buscar nuestro apoyo es la única piedra que hemos encontrado en nuestro camino». De ahí proviene su ‘no’. En la Comunidad de Madrid está sucediendo tres cuartos de lo mismo. Hasta aquí se entienden los motivos de Vox para plantarse; sería un llamado de atención a los otros dos partidos del centroderecha.
Dicho esto, las cartas del partido de Abascal son las que son. Tienen los votos que los españoles ha querido otorgarles, y ni el más hábil negociador podrá revertir el resultado al que antes hacíamos referencia; tercera posición entre los partidos del centroderecha. De perseverar en el bloqueo de los parlamentos regionales, al final acabaría abriéndose la opción de gobierno para la izquierda y ello sin duda sería un “cuanto peor, peor” en toda regla.
Tremenda paradoja aquella en la que Vox, en vez de afianzar ejecutivos autonómicos de centroderecha, sirviese en cambio para que el PSOE regresase al poder en lugares donde no gobierna desde hace décadas. La mayor habilidad negociadora nunca debe perder de vista el sentido común.