Ni con el pétalo de una Rosalía

Rosalía

Esta semana pasó algo que durante mucho tiempo, aquellos que trabajamos en tecnología temíamos que sucediera, y es que finalmente se abrió la caja de Pandora de los «deep fakes» para atentar contra la dignidad una persona.

La afectada no es una desconocida, es alguien que cuenta con más de 25 millones de seguidores en Instagram, sus vídeos tienen un promedio de 5 millones de visualizaciones en YouTube, tiene más premios en su haber que cualquier cantante consagrado, y que con su trabajo y carisma ha dejado el nombre de España muy en lo alto. Hablamos por supuesto de Rosalía.

El caso es que un cantante de reguetón, llamado JC Reyes, de la manera más infame posible, decidió publicar si ningún pudor en sus stories de Instagram unas fotografías de la cantante, haciéndola «aparecer» desnuda. No contento con esto, afirma que es la propia Rosalía quien se las ha enviado, y para cerrar con broche de oro su crimen escribe la siguiente frase: «¿Hay muchos corazones rotos, será que Rauw Alejandro la dejó?», refiriéndose al novio de Rosalía.

Pero, ¿quién es este personaje? JC Reyes es un cantante sevillano, que se hace llamar a sí mismo «A.K.A LA BESTIA», y que en sus vídeos musicales se distingue por salir fumando marihuana con pasamontañas. Una de sus canciones llamada Pase lo que pase habla de cómo pasar droga en lanchas, y otra, llamada Eso enseña cómo vender marihuana. A estas virtudes, también hay que sumarle que en 2021 estuvo detenido por atracar a dos turistas alemanes.

Pues este cantante -que muy pocos conocen- es el típico «nini», ni ha trabajado nunca ni ha estudiado, y ahora a través de sus vídeos viene a hacer apología sobre el uso de la marihuana y la delincuencia. Y lo peor de todo, es que vive de actuar en fiestas de pueblos. Así como lo lees, los ayuntamientos le contratan para que se despache contra el propio sistema que le está pagando. Me encantaría saber cuál es el próximo ayuntamiento que lo va a contratar.

Y aunque muchos critiquen la falta de ética -que es absolutamente cierta- creo que en el caso de JC Reyes, y tal como lo menciona Rosalía en su tweet, la cuestión a considerar va por otro lado, y que es casi peor que el acto en sí mismo. Y es la necesidad de reconocimiento a cualquier precio.

En un live que hizo en Instragam con un cigarrillo de marihuana en la mano, él mismo confirmó que no sabe usar Photoshop (no tiene las neuronas para hacerlo), y que solo compartió las fotos. Pero lo que él realmente buscaba era atraer la atención de cientos de seguidores de Rosalía para tener lo que Warhol denominó: «15 minutos de fama». ¡Ah, pero qué gran estrategia visibilidad se te ocurrió!

El caso es que si JC Reyes hubiera tenido un mínimo de conciencia (esto requiere un cierto grado de pensamiento) se hubiera percatado de que un acto como éste puede acarrearle grandes consecuencias, ya no sólo sociales, sino legales, por varias razones:

  • Está violentando la privacidad, consagrada entre los derechos humanos.
  • Atenta también contra la dignidad de una persona, lo cual es un delito.
  • Está difamando y calumniando, que es otro delito del código penal.
  • Está ejerciendo una violencia psicológica.
  • También es violencia de género.
  • Además de una falta de ética, y moral.

Y ahora este señor sale a decir que todo lo hizo todo «sólo para reír», que no era para tanto, que se equivocó, y todo esto mientras conducía su coche. ¿De verdad vamos a aceptar esas excusas mediocres y seguir como si nada? Lo lamento, pero el «todo vale» también tiene un límite.

Creo que este hecho debe sentar un precedente muy ejemplarizante, visibilizando uno de los grandes problemas a los que nos enfrentamos en el futuro, y él es de los deep fakes.

Por eso, padres, aprended bien la lección y dejad de publicar fotos de vuestros hijos, e incluso de vosotros mismos, porque cualquier día usarán esa foto para algo peor. Hoy esto le sucede a Rosalía, mañana puede ser a tu hija o a ti mismo.

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