Milei debería ser copiado por el Gobierno español en lugar de ser insultado

Javier Milei Pedro Sánchez

El Gobierno español, a través del ministro de Transportes, Óscar Puente, ha insultado gravemente al presidente de Argentina, al decir que le había visto en televisión antes o después de tomar alguna sustancia, con una grave insinuación acerca de que podía estar drogándose. Esto ha suscitado un grave incidente diplomático entre España y Argentina, ya que la Oficina del Presidente de Argentina emitió un duro comunicado en contestación a Puente.

Ese odio del Gobierno hacia Milei y todo lo que signifique la libertad económica -y la libertad en general- es lo que han motivado que este ministro se expresase así -haciéndolo suyo todo el gobierno español, pues el ministro no ha sido ni destituido ni desautorizado, y el ministerio de AAEE no ha pedido disculpas, sino que ha atacado a la respuesta argentina-.

Pues bien, en lugar de odiar tanto a Milei, en lugar de insultarlo, deberían copiar muchas de sus medidas económicas, porque Milei está consiguiendo enderezar, poco a poco, la maltrecha economía argentina tras ochenta años de peronismo. Es difícil que lo consiga, porque no dispone de apoyos parlamentarios, pero lo está intentando y sus medidas están devolviendo algo de confianza a la economía argentina.

Así, Javier Milei, con su decreto de medidas, está tratando de impulsar un cambio en la estructura económica argentina que necesita dicho país para ser reflotado y volver a la senda de la prosperidad de la que el peronismo la apartó hace ochenta años. Primero, ha de estabilizar a la economía argentina para que, una vez logrado esto, puedan crearse las bases sobre las que crear una buena prosperidad.

Sus medidas buscan liberalizar la economía, eliminar trabas y obstáculos para que la economía pueda prosperar por sí misma, para que no sea una economía sostenida artificialmente, una economía pobre que viva del subsidio. Las medidas de Milei pretenden crear las condiciones para que Argentina despegue con la capacidad productiva privada. Tiene ingentes recursos naturales, tiene capacidad laboral y sólo hace falta que tenga libertad económica para poder crecer, y eso es lo que pretende Milei con sus medidas. Desde la derogación de las leyes de alquileres, abastecimiento, observatorio de precios o compra nacional a la privatización de las empresas públicas, pasando por la modernización del régimen laboral son todas ellas medidas urgentes, medidas que no hay que desaprovechar. Argentina ha encontrado una última oportunidad y no puede dejar que pase de largo. Las medidas de Milei son un auténtico plan de estabilización, que deben cumplir si quieren que la economía argentina resucite. España hizo su plan de estabilización y se incorporó al mundo desarrollado. Argentina puede hacer lo mismo ahora.

Ahora bien, Milei se encuentra con el escollo de las cámaras parlamentarias, donde apenas tiene representantes, para poder sacarlo adelante. Por supuesto que los sindicatos y el peronismo está tratando de torpedearlas con protestas en la calle, como ha sido una huelga general. Además de ello, el parlamento le pone trabas. De hecho, el Senado ha rechazado su Decreto de Necesidad y Urgencia, pero el Gobierno argentino ha insistido en que el decreto sigue vigente a la espera de que el Congreso se pronuncie, pues para que no pueda aplicarse deberá contar con el rechazo de ambas cámaras. Es más, si se eso sucediese, Milei se plantea hasta un referéndum.

Además, semanas antes, Milei fue muy claro. En un mensaje en el antiguo Twitter, titulado «Cambio de reglas», dejó claro que el Gobierno sigue en su compromiso de «arreglar tres problemas fundamentales que sufre nuestro país: la inflación, la inseguridad y los privilegios de los políticos», para resolver el modelo empobrecedor de los últimos cien años. Del mismo modo, Milei insiste en que la oposición del Congreso refleja el problema al que se enfrentan, donde el peronismo se opone a perder sus privilegios y a que Argentina pase a ser una economía próspera y deje de ser subsidiada.

Aunque es pronto para poder obtener resultados claros de sus medidas económicas, los indicios son buenos, en gran parte por la credibilidad que los agentes económicos y el mercado les otorgan, que mejora las expectativas debido a que es el primer gobierno en muchas décadas que intenta librarse del yugo peronista que arruinó al país.

De esa forma y tras su paquete de medidas, ha conseguido, por ejemplo, cerrar tres meses consecutivos con superávit financiero, cosa inédita desde hace casi quince años, el 0,2% del PIB en el ITR-2024, con un superávit primario (que excluye el coste de intereses de la deuda) del 0,6% del PIB.

Este buen resultado lo está logrando con una fuerte reducción del gasto público primario en los dos primeros meses, que pese al incremento interanual de marzo, logran embridar dicho gasto y alcanzar ese superávit, sobre la base de un mayor incremento de ingresos en ese mes de marzo.

Estas medidas están surtiendo efecto y son recibidas con elevada credibilidad, como dije antes, que hace que la prima de riesgo argentina se haya reducido un 35,76% desde que Milei tomó posesión, según el índice EMBI elaborado por JP Morgan, que si nos retrotraemos al momento en el que ganó la segunda vuelta -donde las expectativas comenzaron a mejorar- la reducción es de un 44,58%.

Del mismo modo, la inflación ha pasado de un 25,5% mensual en diciembre de 2023 -que repuntó debido a la devaluación acontecida-, al 20,6% en enero, al 13,2% de febrero, y al 11,01% de marzo, donde se va consolidando una senda de desaceleración intensa, que más allá de algún repunte puntual y del efecto base internaual, parece haber entrado en una senda de desaceleración.

Pese a los obstáculos del parlamento, Milei ha afirmado que va a hacer todo lo legalmente posible para poder llevar las reformas adelante, porque, de lo contrario, Argentina perderá lo que quizás sea su última oportunidad. Ojalá consiga llevar a cabo las reformas que liberalicen a la economía argentina y la saquen de su postración. Desde luego, Milei tiene esa intención y habla claro: lo hizo en su campaña electoral, lo hizo en Davos y lo vuelve a hacer ahora, lo cual es una novedad, pues no hay muchos políticos en cualquier lugar del mundo que les cuenten a los ciudadanos la realidad de lo que es necesario hacer, por amarga que ésta sea. El mercado, de momento, lo está valorando positivamente a la vista de la prima de riesgo y los datos de mejoría de elementos estructurales de la economía argentina están respondiendo adecuadamente. Le queda mucho por hacer, pero es el camino a seguir si Argentina quiere recuperar la prosperidad que perdió hace más de ochenta años.

Y eso es lo que le molesta al Gobierno de Sánchez: que Milei, con pocos apoyos parlamentarios, está impulsando una política de libertad económica que está comenzando a dar sus primeros frutos, frente a la política de empobrecimiento de Sánchez, que nos ha hecho caer de nuevo por debajo del 90% de la media de la UE del PIB per cápita en paridad del poder de compra. Puente -y todo el gobierno español- debería insultar menos a Milei y más copiar sus políticas, que son el camino a la prosperidad.

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