¿Cuál es el rasgo principal de Marlaska: la mentira o la ineficacia?
Además de mentir de forma clamorosa al asegurar que la Gendamería marroquí no pisó suelo español durante la trágica avalancha que costó la vida a decenas de personas en Melilla, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, tuvo conocimiento cuatro meses antes de los gravísimos incidentes de la situación de indefensión absoluta en la que se encontraba el puesto fronterizo español. Melilla «supone un punto crítico de entrada a través de las fronteras españolas. Así está claro que los medios utilizados en esta área no son suficientes y deben ser reforzados». Quien realizaba la advertencia era el teniente general jefe del Mando de Apoyo en febrero de 2022. Y es que lo ocurrido el pasado mes de junio se veía venir. En una memoria justificativa que acompañó los pliegos de un contrato para reforzar el perímetro de seguridad de la valla, y que lleva el sello no sólo de la Guardia Civil, sino también de Interior, el Servicio de Armamento y Equipamiento Policial a cargo del Mando de Apoyo inicia los trámites para la adquisición de un nuevo sistema integral de vigilancia destinado a reforzar el perímetro de Melilla. Cinco Estaciones Fijas de Vigilancia por valor de 2,5 millones de euros para «garantizar una vigilancia de las fronteras eficaz y reactiva».
Ese aviso oficial se da con cuatro meses de antelación a la tragedia. Como siempre, el Ministerio de Interior de Marlaska llegó tarde, porque la Guardia Civil ya había reiterado en numerosas ocasiones que «en la frontera de Melilla con Marruecos, dentro del territorio marroquí, se van formando bolsas de inmigrantes que intentan entrar de algún modo ilícito en territorio español, bien a través de los pasos fronterizos, la valla perimetral o por los espigones de la frontera marítima». En suma, que en Melilla hay un problema grave de medios técnicos y humanos para luchar contra la inmigración. Conclusión: que además de mentir, Marlaska estaba al tanto de lo que podía ocurrir. A la patraña se le une la más absoluta ineficacia.