El mayor riesgo para la ganadería es el virus del socialcomunismo
Las polémicas declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, sobre la mala calidad de la ganadería intensiva -la de las denominadas macrogranjas- ha cogido al PSOE de Sánchez con el pie cambiado. Y es que antes de que Garzón hablara, el socialismo ya había dejado clara su postura en relación con el modelo de ganadería intensiva, fundamental en España y que cumple con todos los estándares sanitarios. Y fue el PSOE el que en noviembre de 2020 llegó a calificar las actividades de las macrogranjas de «riesgo pandémico». El que fuera secretario de Organización del PSOE y hoy eurodiputado, César Luena, lo dejó meridianamente claro: «Las pandemias son cada vez más frecuentes y están impulsadas por las mismas transformaciones ambientales que la pérdida de biodiversidad y el cambio climático». Y no se quedó ahí, sino que añadió: «Existen hasta 1,7 millones de tipos de virus no descubiertos en mamíferos y aves, la mitad de los cuales podrían tener la capacidad de infectar a las personas». Todo para justificar su andanada contra la ganadería intensiva.
A Garzón podrá criticársele por poner en peligro al sector ganadero español con unas declaraciones irresponsables, pero, al menos, el ministro dijo lo que piensa. Lo del PSOE es peor: se desmarca de Garzón, pero piensa lo mismo que el titular de Consumo y lo ha expresado -he aquí las pruebas- con mucha mayor virulencia. No es de extrañar que el campo español haya puesto en el centro de sus críticas al socialcomunismo. Y es que PSOE y Podemos atacan lo mismo: a un sector que no puede más -un kilo de pienso para alimentar el ganado cuesta más de lo que reciben por un litro de leche- y que el pasado fin de semana se manifestó en las calles de Madrid en defensa de sus justas reivindicaciones. Lo que faltaba es que, encima, les acusaran de propagar las pandemias.