El Madelman

Opinión: Madelman
El Madelman

Un cura viste con propiedad una sotana o una casulla, un picador un castoreño y un militar un uniforme con entorchados o un traje de faena. Lo de los demás es disfrazarse; a lo Mortadelo o, como en este caso, cambiando los trajes al Madelman.

Pero tampoco hay que ponerse exquisitos. Si el mismo que apostaba por la eliminación del Ministerio de Defensa opta ahora por incrementar sus presupuestos, ampliar las misiones en las que participa el ejército y acoger la cumbre de la OTAN apareciendo como el más marcial de la unidad… ¡pues bienvenido sea! No importa si es por convicción o porque las circunstancias obligan; como decía el catecismo, cuando se hace el bien da lo mismo si es por atrición o por contrición, de cualquier forma, sirve para salvarse.

Y, además, cuando se es tan guapo y tan alto sienta bien cualquier traje, y luce lo mismo si se presenta en la cumbre vestido de legionario o de enfermero, que es para lo que quería Sánchez el ejército antes del antes (Dios mío, que difícil es encontrar un tema en el que no hayamos cambiado). De cualquier forma, lo de cambiar de opinión respecto al ejército y la defensa es defecto de serie en el PSOE, que ya pasó, con los mismos líderes, de la ‘OTAN, de entrada, no’ a la ‘no integración en la estructura militar’, para terminar ocupando la Secretaría General de la Alianza con bombardeo incluido de las ciudades serbias.

Pero mejor así, que vaya de caqui y que deje la bata y el botiquín para enfrentar la inflación y el deterioro económico. Pero de verdad, con cirugía y antibióticos; no valen paliativos cuando se está próximo al fallo multiorgánico. ¿O es que cree que las cataplasmas que no le han servido en los últimos meses van a hacer efecto porque las prolongue hasta fin de año? ¿Y que los precios van a dejar de subir porque se incrementen las pensiones más bajas? Como repetía el sábado el profesor Pampillon, se trataría de combatir las causas y no solo de intentar reducir los efectos. Y la principal causa, lo explica muy bien Milton Friedman en un video que circula por las redes, es el gasto público. Se conoce que el día que dieron eso en las chiquiclases de El Escorial nuestro milico estaba de cuartelero.

También va a necesitar tiritas para las heridas que les han dejado las elecciones andaluzas. Y no solo a los socialistas, sino a la bateadora designada Yolanda que tiene que impulsar el home run de una izquierda sumada, aunque no esté muy unida. Sánchez necesita a su izquierda una opción (pero solo una) que le asegure un buen montón de escaños, y eso, como se ha visto, solo puede ocurrir evitando la catástrofe de la dispersión del voto. Venimos diciendo desde otoño que Yolanda es un soldado al que hay que estar salvando constantemente. Y ahora, ya es como ese plato que no termina de salir de la cocina o como el Pinocho que sigue con sus cuentitos y no termina de convertirse en niño. Por mucho que dure su proceso de escucha, nunca va a enterarse de lo que realmente pasa si solo escucha la SER, que el 19-J solo hablaba de las cosas chulísimas de Mélenchon o de Petro.

Y como no, con mucho linimento, y perras, tiene que seguir untando a los amigos independentistas. Aparte de asegurarse el apoyo actual, la estrategia de Moncloa es quedarse con el numerosísimo voto buenista, posibilista y equidistante, poniendo en valor la pacificación y la contención de las pretensiones de esos que en 2017 eran rebeldes y ahora colaboradores institucionalizados. Toda la sangría de votos que sufrirá en el resto de autonomías la quiere compensar en Cataluña; exhibiéndose como el gran pacificador que ha sabido encauzar con diálogo (y con la dignidad y el dinero de todos) la crisis que abrió Rajoy. Y le está sirviendo: el que se ha quedado con los votos de Ciudadanos es el PSC; no les valió para gobernar, pero ya dio para ganar las elecciones y para que dejáramos claro que, en Cataluña, antes que de izquierda o de derecha, somos, como poco, supremacistas.

En fin, pues tiene que hacer todo eso: hacer la guerra con la OTAN y la paz con su secretario de estado Enrique Santiago, combatir la crisis económica con la chequera de Europa pero con medidas comunistas, mantener vivos a Podemos y a la alianza con los indepes a la vez que nos hace ver que se pelea con ellos. ¿Quién dijo que no se podía soplar y sorber a la vez, o engañar a todos todo el tiempo? Sí se puede, lo que pasa es que no es tarea para los hombres corrientes, sino para los titanes de la edad de oro, para los superhéroes más fuertes de la Marvel o para nuestro Madelman.

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