El machismo de la juez de la DANA

DANA, Valencia

En un auto insólito firmado el pasado 1 de septiembre, la juez de la Dana acusa a este medio de comunicación de instigar una campaña «para denigrarla como mujer y como juez», únicamente por hacer nuestro trabajo: informar sobre un posible escándalo en el seno de la instrucción de una de las causas más importantes de la década.

El pasado 5 de mayo OKDIARIO publicó una primera información, en la que tomaba el testigo de un perfil escrito el 1 de mayo en el diario valenciano Las Provincias, titulado «Una pareja de magistrados contra la DANA», donde se indicaba la fuerte rumorología que existe en la Ciudad de la Justicia de Valencia acerca de la simbiosis que existe entre la magistrada y su marido. El citado artículo, que a excepción de esta consideración era moderadamente laudatorio, no mereció reproche alguno por parte de su Señoría.

En nuestra primera pieza al respecto, titulada «El marido de la juez Nuria Ruiz: la sombra que planea sobre la investigación de la DANA», OKDIARIO recopiló testimonios del poder judicial valenciano que incidían en la misma idea. Nos limitamos, única y exclusivamente, a señalar que el marido de la juez «se sienta en la puerta de la Sala cuando se producen los interrogatorios», sin aportar más información. A pesar de ello, ya en esa primera indagación recopilamos el testimonio de dos abogados de la acusación que confirmaron que en la toma de declaración de las víctimas a las que representan el marido de la magistrada se encontraba presente en la sala, dando indicaciones a la misma sobre las cuestiones en las que debía incidir y en las que no. Como en ese momento no disponíamos de pruebas que lo acreditaran, no lo incluimos en nuestra pieza.

Sin embargo, apenas un día después recibimos un mensaje anónimo con las imágenes de las grabaciones de la sala en las que, efectivamente, el juez Jorge Martínez aparecía en la sala en la que se había tomado declaración a un técnico de la Generalitat, consultando el ordenador en el que las funcionarias transcribían lo sucedido. La publicación de esas imágenes es de indudable interés público, teniendo en cuenta que diversos medios de comunicación ya se habían hecho eco de la posible injerencia de una persona ajena al proceso. Esta pieza se publicó el 7 de mayo.

La siguiente información al respecto de la posible injerencia del juez Martínez Ribera en la causa de la Dana la publicamos el pasado 30 de julio, titulando «Una víctima de la DANA revela que el marido de la juez se entrometió en su declaración: ‘Apunta eso’». En ella contábamos el testimonio de una víctima, M.L.M, que confirmaba lo que ya había contado en un grupo de WhatsApp de víctimas: que un juez ajeno al procedimiento, en este caso, el marido de la magistrada, había estado presente de manera irregular en su declaración. La conversación con la afectada la mantuvimos el pasado 28 de julio, por teléfono, y quedó registrada como tal en nuestros archivos. Ese mismo día también contactamos con L.R., otra víctima que también había dicho en el mismo grupo de mensajes que, en su caso, directamente había sido el propio juez el que le tomó declaración. Ambas afectadas son miembro de la asociación más crítica con la gestión de la Generalitat, acuden a las manifestaciones mensuales en su contra y se mostraron muy afines a la instrucción de la juez. Su credibilidad es, por tanto, incuestionable. La pieza contando esta información se publicó el pasado 30 de agosto.

Estos son los hechos objetivos: existe un secreto a voces sobre la posible injerencia del marido de la magistrada, publicado en distintos medios de comunicación. Las imágenes tomadas en Sala, sólo un día después de la publicación de nuestra pieza hablando del citado rumor, lo confirman. Semanas después dos víctimas corroboran lo testificado meses atrás por parte de otros dos abogados de la acusación (que ni siquiera eran los suyos) en los que confirman que, efectivamente, el magistrado estuvo e incluso dirigió su toma de declaración.

Ante este escándalo judicial que nos hemos limitado a publicar, como es nuestra obligación, para eludir su responsabilidad en su «grosera negligencia» la juez de la Dana acude al «repugnante» argumento del machismo. Como si hacer un alarde de feminismo le fuera a servir para obviar su responsabilidad por permitir que un juez ajeno a la causa participe de partes de su instrucción (los entrecomillados, por cierto, son los mismos términos que ella utiliza contra los dos investigados).

No contenta con esta elusión populista de su responsabilidad, encima acusa a los lectores de OKDIARIO que instigar una campaña de odio contra ella, llegando a decir que «en la sección de comentarios» de este periódico ha recibido insultos. Calificativos infinitamente más suaves que los que los acusados en su procedimiento recibieron a las puertas de su juzgado sin que pareciera importarle lo más mínimo.

Este periódico no puede permanecer impasible ante unas acusaciones gravísimas que merman toda la credibilidad sobre el procedimiento que instruye. Por ello, y ante las acusaciones de falta de fiabilidad sobre nuestras informaciones, hemos procedido a remitir al Consejo General del Poder Judicial las conversaciones con las víctimas que confirman la participación irregular del magistrado, Jorge Martínez Ribera, en la instrucción del caso de Nuria Ruiz Tobarra.

No hay nada más machista que victimizarse por ser mujer. Y nada menos profesional que acudir a ello para eludir responsabilidades. No cuela, Señoría.

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