“Independentistas, españolistas, no binarios e indefinidos”

“Independentistas, españolistas, no binarios e indefinidos”

El parlamento catalán clasifica a los diputados como «independentistas, españolistas, no binarios e indefinidos…».

Noooo. Es broma. Pero a mí me parece que obedecería a algo más acorde con la realidad que la propuesta de clasificarlos como “hombres, mujeres, no binarios e indefinidos”. Al fin y al cabo, la división en Cataluña obedece más a las polarizaciones políticas que a las sexuales. Pero en esta deriva del delirio en Cataluña su Parlament ha considerado que este es un tema de preocupación y no que ardan las calles por un rapero de hechuras psicopáticas. La cámara nacionalprogreísta ha emitido un formulario con esas cuatro opciones animándoles a definir un sexo que ahora fluye y se licúa tanto como el cerebro de muchos diputados. Yo de ellos correría a declararme cualquier cosa menos algo que les recuerde a los proponentes que, desde el punto de vista de la biología, sexo sexo, no hay más que dos. Muy, muy peligroso.

De acuerdo con “El Plan de Igualdad de Género del Parlamento de Cataluña 2020-2023” el Parlament ha de ser un referente en la lucha contra la desigualdad de género y la discriminación. Y por ello “se compromete a velar por un entorno laboral libre de sexismo, LGBTI-fobia, acoso psicológico o acoso sexual». Y muchos decimos: ¿para cuándo un “Plan de Igualdad Política, Cultural y Lingüística” para todos los ciudadanos de Cataluña? ¿No les parece más urgente? Y más cuando las calles catalanas están ardiendo. Tenemos a un vicepresidente de la Generalitat en funciones y candidato a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès, que ha tardado dos semanas en condenar de forma explícita y «sin paliativos» la violencia desatada por los vándalos (por favor, basta ya de llamarles “radicales o “antifascistas”. “Vándalo” o “gamberro” es más justo y preciso) con la excusa del encarcelamiento de ese apologeta del odio que dice que canta. Nada extraño. Con la admiración que siente el hombre por un desgraciado lunático como Lluís Companys y por las CUP, los CDR, los de Arran, los del Tsunami ese o cualesquiera otros grupos de chalados con mechero. Mechero que llama al mechero, pues a la purria local se han unido aproximadamente trescientos “profesionales” llegados principalmente de Italia y especialistas en guerrilla urbana. Hace unos días, como saben, intentaron quemar un furgón de la Guardia Urbana en las Ramblas. Les han detenido por ello y por tentativa de homicidio del agente que se encontraba en su interior. Daños a tiendas, hoteles, restaurantes, bares, sucursales bancarias, concesionarios… En fin, un caos de destrucción. Y nadie entre los neoconvergentes y los republicanos tiene redaños para perseguir y poner a disposición judicial a los matones de la ‘kale borroka’ catalana. Sospechando todo el mundo que lo hacen para no entorpecer las negociaciones no tan secretas que se están llevando de cara a la formación del próximo Gobierno de la Generalidad. Pero, ¡todos esos damnificados pagan impuestos para garantizar también su seguridad! Eso se les ha olvidado. Y a este panorama se une el pasmo del ciudadano común, que ha de respetar el confinamiento o la distancia social, y ve a la ANC organizando un mitin en la Plaza de Cataluña. Hay ciudadanos que pueden hacer lo que les peta. ¿Dónde está ese “Plan de igualdad de la Ciudadanía Catalana?

Pero en un Parlament a la deriva se han cambiado las placas de las puertas de los lavabos. Una de ellas muestra una “copa menstrual”, que al parecer es ahora el símbolo del «tercer sexo», pues hay personas menstruantes tanto del masculino como del femenino. Ah, cómo me alegro de las rabietas que tiene Carmen Calvo con ello. Es un pequeño consuelo.

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