Inda: «Estoy harto de que usen mis impuestos para pagar cazurradas como los pinganillos del Congreso»

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El Congreso ha gastado más de 53.000 euros sólo en los medios técnicos que necesita para garantizar el arranque de la traducción de las lenguas cooficiales. A ello hay que sumar el coste que supondrán los doce o más traductores: una media de 100 euros por día cada uno, con un límite de hasta 15.000 euros anuales. A ese dinero se sumará hasta final de año el alquiler y mantenimiento de petacas y antenas de radiofrecuencia, lo que supone un coste de 45.900 euros. En total, una cifra que ronda los 280.000 euros para lo que resta de 2023. Ante semejante burla, Eduardo Inda, director de OKDIARIO, ha estallado: «Estoy harto de que usen mis impuestos para pagar cazurradas como los pinganillos del Congreso».

«Josep Tarradellas, que vivió casi 40 años en el exilio, que fue presidente de la Generalitat, decía que en política se puede hacer cualquier cosa menos el ridículo. Y tenía toda la razón del mundo. Pues bien, hoy en el Congreso de los Diputados se ha hecho un ridículo monumental que no entiende ningún ciudadano con dos dedos de frente, gracias fundamentalmente a ese Pedro Sánchez, que es socio de etarras y de golpistas catalanes, además de comunistas bolivarianos. Es sencillamente intolerable que entendiendo todos los diputados el castellano perfectamente», explica Inda, «se tenga que contratar traductores y comprar pinganillos para que se entiendan entre ellos los representantes de los ciudadanos».

«Es sencillamente un auténtico disparate. Se va a dar la surrealista circunstancia, por ejemplo, de que cuando hable en vascuence un diputado de ETA, es decir de Bildu, un amiguete suyo independentista catalán, tenga que recurrir a un traductor de ese español que tanto odian para entenderle. Pero lo peor de todo no es eso. Es decir, los políticos pueden hacer el ridículo. Lo más triste de todo es que hacen el ridículo con cargo a nuestro bolsillo, a nuestros impuestos. Y yo ya estoy harto de que mis impuestos, que pago religiosamente y encantado de la vida, se empleen para patochadas, paletadas o cazurradas», asegura Inda.

«Estoy directamente hasta las narices y yo espero, confío y deseo que alguien ponga cordura en todo este sinsentido. Y lo dice alguien cuya bisabuela hablaba en vascuence, en euskera y cuya abuela materna era catalanoparlante. Por tanto, yo no tengo ningún odio a estas lenguas. Lo que tengo un odio cerril y tremendo, es a los políticos paletos, cazurros y que hacen el ridículo, como decía el gran Josep Tarradellas», concluye Inda.

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