La idea de que el Ejército ponga vacunas le provoca escalofríos al socialcomunismo

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La ministra de Defensa, Margarita Robles -un oasis de cordura entre tanto sectarismo gubernamental-, ha ofrecido al Ejército para llevar a cabo las tareas de vacunación. Según cálculos internos de las Fuerzas Armadas, un equipo de 15 sanitarios militares podría vacunar a más de un millar de personas en una sola jornada. Sin embargo, OKDIARIO ha podido saber que durante dos de las reuniones del Comité de Seguimiento del Coronavirus celebradas en noviembte y diciembre se puso sobre la mesa la posibilidad de que las Fuerzas Armadas colaboraran en la campaña de vacunación, pero La Moncloa desechó esta posibilidad. La propuesta partía de los temores manifestados por Sanidad, explican las fuentes consultadas, de que el calendario de entregas de la vacuna iba a ir a un ritmo superior al de inoculaciones de las dosis, como así ha ocurrido.

La propuesta planteada por Defensa y rechazada por Pedro Sánchez se basaba en activar a miembros de la Brigada de Sanidad (BRISAN) y de las subunidades de estas, las Agrupaciones de Sanidad (AGRUSAN) y la Unidad de Apoyo Logístico Sanitario (UALSAN). Hasta tres veces se han ofrecido los militares a colaborar en la estrategia nacional de vacunación. La propia ministra Robles lo reiteró este martes tras visitar la Unidad de Verificación Epidemiológica, que lleva a cabo la misión Baluarte para la Covid-19 y que está ubicada en el Cuartel General de la Armada.

La pregunta es obvia. ¿Cuál es la razón por la que el Gobierno socialcomunista es reacio a que el Ejército colabore en las tareas de vacunación? La respuesta, no hay que ser muy sagaz, también es obvia: al Ejecutivo, especialmente al sector de Podemos, la idea de que las Fuerzas Armadas se erijan en activo fundamental para cumplir los planes de vacunación le incomoda especialmente, toda vez que su interés, marcado por el sectarismo más reaccionario, es trasladar la falsa idea de que el Ejército es una institución bélica y, por tanto, incapaz de realizar labores de carácter asistencial. De ahí que La Moncloa ponga reparos. Y de que Pedro Sánchez, que en su día llegó incluso a defender la idea de suprimir el Ministerio de Defensa, no esté por la labor.

 

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