Es hora de desmantelar la UNRWA

UNRWA Pedro Sánchez

El Gobierno de España financia al terrorismo islámico a través de la ONU. Si no fuera porque es rotundamente cierto, parecería una afirmación delirante, pero en el mundo sanchista nunca hay una línea lo suficientemente roja. En defensa de Moncloa he de decir que al menos aquí llevan toda la vida siendo coherentes: nacieron siendo antisemitas y morirán siendo antisemitas.

Los teóricos valores de la izquierda no tienen absolutamente nada que ver con los de Palestina. Supuestamente, el progresismo patrio apoya la liberación de la mujer, la libre autodeterminación de género, la libertad sexual, el pluralismo político y la multiculturalidad. Gaza es todo lo contrario: un reducto machista, homófobo y totalitario donde sólo pueden vivir musulmanes cuyo principal objetivo sea la aniquilación completa del Estado de Israel.

Pero a todos les dan igual sus incoherencias, porque es más poderoso lo que une a la izquierda con Hamás que lo que les separa. Es mucho más fuerte el odio a todo lo que representa Israel que las desavenencias por ese tema sin importancia que es colgar a homosexuales en grúas. La izquierda odia todo lo que representa Israel porque les hace verse frente al espejo de su mediocridad. Siguen comprando todos los mantras nazis probablemente porque ellos lo son también, y por eso su estereotipo del judío es el de antaño: un señor con nariz enorme, multimillonario y que controla el universo a través de una gran conspiración mundial. Hace casi 100 años el pueblo judío se enfrentó al Holocausto porque les llamaban usureros y hoy se enfrenta a la masacre de Hamás, con la connivencia de la izquierda mundial, simplemente por reivindicar su derecho a existir.

La UNRWA, que es la organización de la ONU para los refugiados palestinos, es la organización antisemita y antisionista por excelencia. De todos los conflictos armados que hay en el mundo, y hay muchos, la única agencia para un tipo particular de refugiado es ésta: la de Palestina. En su página web explican las vicisitudes a las que tienen que hacer frente los palestinos por el «territorio ocupado» que les ha robado sus hogares, básicamente reclamando la aniquilación del Estado de Israel para volver al… ¿protectorado británico que había antes de su creación? No entremos en la tradición histórica de Palestina, que si no se acaba el debate identitario para siempre y a ver de qué va a vivir la izquierda entonces.

Pero volvamos a la UNWRA. Una organización sui géneris en la que ocurren cosas surrealistas por doquier. Por poner un ejemplo, la condición de refugiado es hereditaria in eternum, hasta el punto que cualquier descendiente de palestino dentro de cuatro generaciones, aunque no haya pisado Oriente Medio en su vida, va a seguir siendo considerado como tal. Es el motivo que explica que en la actualidad haya seis millones de refugiados palestinos, muchos de ellos residentes en cualquier otra parte del mundo y sin ningún problema aparente, pero absolutamente necesarios para la estadística. El objetivo, por supuesto, es perpetuar la supuesta condición de víctima del pueblo palestino frente a Israel. Cuántos más refugiados haya, mayor parece la invasión. Aunque ésta no sea tal.

Podríamos hacer un debate filosófico sobre la moralidad de que la ONU disponga de una organización con unos planteamientos tan ridículos, pero en vez de hablar de cuestiones etéreas vayamos ya a los hechos: ha quedado acreditado que empleados de la UNWRA participaron de manera directa en los atentados del 7 de octubre en Israel. Al principio la ONU dijo que eran acusaciones infundadas, el pasado viernes ya tuvo que despedirles. El Wall Street Journal ha recibido un informe de inteligencia en el que se certifica que más del 10% de la organización tiene vínculos con Hamás. Llevan 70 años trabajando sobre el terreno y jamás han informado de las actividades terroristas diarias que se cometen en Gaza. Odian más a Israel de lo que aman a los palestinos.

Los países líderes del mundo libre han decidido abrir los ojos y evitar que occidente siga financiando al terrorismo islámico a través de la UNWRA. Todos, menos España. El país en el que se cambian presos por presupuestos y se amnistía a terroristas para tener una mayoría parlamentaria suficiente que permita sacar adelante decretos leyes.

¿Llegará el día en el que nuestro Gobierno tenga la dignidad suficiente como para no ser colaborador necesario en la mayor masacre de judíos desde el Holocausto? Es una pregunta retórica. Ya sé que la respuesta es que no. Vergüenza de nación.

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