El hermano de Sánchez, mezcla de Barenboim y Houdini

hermano Sánchez, David Sánchez, Badajoz

Que el hermano músico de Pedro Sánchez fue contratado por la Diputación de Badajoz en unas condiciones de privilegio de las que no han disfrutado nunca el resto de empleados públicos es una evidencia incuestionable, tanto como que le dispensaron un trato de favor que incluía cobrar casi 60.000 euros al año sin tener que acudir a su puesto de trabajo y con el regalo añadido de poder compatibilizar su empleo con otro cualquiera. Por si fuera poco, David Sánchez residía en Portugal -donde se compró un palacete- para no pagar al fisco. La jueza parece tener claro que su contratación fue concertada previamente y que el proceso de selección fue un descomunal engaño: el puesto era para el hermano del presidente del Gobierno y al resto de aspirantes se les utilizó vilmente para dar una falsa imagen de legalidad.

Con todo esto, y pese al complejo horizonte judicial que se le abre por delante a David Sánchez y al presidente socialista de la Diputación de Badajoz, este organismo sigue contando con él al menos hasta 2027. Según el Plan Estratégico de Dinamización Cultural -hace falta ser cursi- que ha elaborado la Diputación de Badajoz, el hermano de Sánchez, además de la ópera, deberá impulsar en la provincia otras artes escénicas como la magia o el circo. O sea, que le contrataron porque era un músico «excepcional de dimensión mundial» y ahora pretenden rentabilizar al máximo su figura para que sea, al tiempo, una mezcla de Daniel Barenboim y el mago Houdini. Si no fuera porque la izquierda ha prohibido los leones en los circos, la Diputación lo vendería también como el sucesor de Ángel Cristo.

O sea, que en lugar de admitir que la contratación del hermano del presidente del Gobierno fue un soberano ejemplo de enchufismo, ahora pretende vender la idea de que, además de la música, David Sánchez puede contribuir a impulsar la magia o el circo. El más difícil todavía.

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