Galicia y País Vasco muestran a Iglesias la puerta de salida
El resultado de las elecciones gallegas y vascas ha venido a confirmar el hundimiento de Podemos, cuyo líder, Pablo Iglesias, es el gran derrotado de una noche electoral que, sin duda, acelera el proceso de descomposición en el que está inmerso la formación populista de extrema izquierda. Para que se hagan una idea del derrumbe de Podemos, dos datos: en Galicia desaparece del mapa político, al no llegar al 5 por ciento de los votos en ninguna de las cuatro circunscripciones. Hace cuatro años, Podemos, bajo la marca de En Marea, obtuvo 14 asientos en el Parlamento gallego; ahora es una fuerza extraparlamentaria.
En el País Vasco, Podemos pierde la mitad de sus escaños, al pasar de 11 a 6, un batacazo de proporciones considerables que confirma el deterioro acelerado de un partido que cogobierna España. Por decirlo de una manera muy clara: Galicia y País Vasco le han enseñado a Iglesias la puerta de salida.
Galicia y País Vasco eran dos de los territorios donde Podemos tenía más fortaleza, lo que demuestra el estado de derrumbe de una formación que ha sido fagocitada por un líder despótico que es el paradigma del sectarismo más recalcitrante. Pablo Iglesias será vicepresidente segundo del Gobierno, pero su ocaso es evidente. Ha arrastrado a su partido hacia la más absoluta insignificancia en Galicia y en el País Vasco. Los votantes gallegos y vascos le han tomado la matrícula al secretario general de Podemos, cuya visión totalitaria del poder y sus maneras tiránicas han merecido el rechazo y desprecio general del electorado.
Que Pablo Iglesias sea el gran derrotado de los comicios autonómicos es una muy buena noticia para la democracia española, si bien el derrumbe de Podemos ha servido para catapultar a las formaciones independentistas -BNG en Galicia y Bildu en el País Vasco-. El varapalo a Iglesias es de tal magnitud que si fuera un demócrata estaría a estas horas presentado su renuncia como secretario general de Podemos. Como no lo es, en las próximas horas encontrará alguna excusa para seguir aferrado al poder.