Feijóo, madera de presidente

Alberto Núñez Feijóo, tras su primera entrevista institucional como nuevo presidente del Partido Popular, retrató, quizá sin pretenderlo, de forma magistral al inquilino de la Moncloa que acababa de tratar: mucho abrazo, mucha cordialidad, ningún papel, ningún orden del día, ningún estudio previo, ningún acuerdo, ningún conocimiento sobre las cosas de comer, nada serio. Nada.
Justo. Ese es Sánchez. Por fin ha tenido que llegar alguien del noroeste para describir con dos pinceladas a un tipo que no reúne las condiciones personales, éticas, intelectuales ni democráticas para ser jefe de Gobierno de la cuarta potencia europea. Escribo que ha dejado en viruta batiente a Sánchez porque el primerizo Feijóo relató minuto a minuto su estancia en palacio y de ahí se puede concluir que sólo recibe al jefe de la oposición para darle unos consejillos, recordarle quién manda y de paso tratar de tenderle una emboscada. Ni le interesa el dolor de millones de familias que no pueden llegar a final de mes; ni le interesa que las rentas bajas y medias recuperen parte del dinero que el Estado les rapiñó con impuestos confiscatorios, ni que se puedan encender las calefacciones y coger el coche para llevar a la familia al campo. A este tipo le da todo igual. Lo suyo es la mentira permanente, los delirios de grandeza, las ensoñaciones de autócrata y las pamplinas de un vago. Punto.
No le mandó un orden del día, ni papel alguno con el que debatir con seriedad. Todo ello ante la incredulidad de un presidente de la Xunta al que se le quedó al salir cara de pardillo. ¿Qué pensaba acaso? ¿Que se iba a encontrar en Moncloa a una Merkel, un Scholtz, un Macron o un Draghi? Hizo bien en detallar ante los periodistas sus propuestas que son parte de la solución a una situación terrible por la que está atravesando la economía española y, por ende, el pueblo español, el más vulnerable, pobre y desamparado. Y que cuando llegue el momento que sea ese mismo pueblo el que decida y escoja. Luego, que no se queje. No acabó ahí el descaro de un presidente inexportable. Se sube al Falcon, lo auténticamente suyo, y en Rabat dice a los periodistas que Feijóo no tiene voluntad de llegar a ningún acuerdo.
¿Se habrá visto mayor cinismo en la vieja Europa? A él sólo le interesa el control de CGPJ, el Tribunal Supremo y el Constitucional. Para de esa manera tener más poder que Orbán y el polaco. Esto va a estallar por los aires y, entonces, como ocurrió con Zapatero, España encontrará a Núñez Feijóo, responsable y patriota donde los haya, serio, estudiado y con equipos solventes para volver a sacar al país del atolladero. Un dirigente maduro y fiable. Es consciente de la “alarmante” situación en la que chapotea España y pretende pactar medidas que eviten la tumba civil a millones de pobres españoles. Ya sabe el tipo de personaje al que tendrá que enfrentarse. Millones de españoles se dejaron engañar por un frívolo/mentiroso y sus señuelos de alcanfor. Ahí tiene el resultado. No hay más preguntas, señor fiscal.
PD. Mientras aprieta el dogal a la lideresa madrileña, no sé cómo un juez probo y con redaños no se atreve a levantar acta del dinero de todos que este le ha dado a su padre. ¡Vergüenza!