Esto no puede quedar así
La exclusiva de OKDIARIO sobre las confesiones de Corinna zu Sayn-Wittgenstein exige una investigación de oficio por parte de la Agencia Tributaria. Los inspectores de Hacienda tienen que seguir el rastro de las cuentas en paraísos fiscales que, según las palabras de su “amiga entrañable”, tiene Juan Carlos I en Suiza. España debe haber evolucionado para que un Rey emérito no tenga un trato distinto al de cualquier otro español. Tener cuentas en territorios offshore es una deslealtad y un desprecio al resto de contribuyentes que con sus impuestos colaboran a costear las Pensiones, la Educación, la Dependencia o las Infraestructuras. De confirmarse las confesiones de Corinna, el comportamiento del Rey emérito volvería a suponer un jarro de agua fría sobre su imagen.
Más, si cabe, ante la atenta mirada de los ciudadanos sobre los que reinó durante 38 años. Algo que, sin embargo, no afectará a la Corona en España, ya que el actual Monarca, Felipe VI, ha conseguido darle una gran solidez. Entre otras cosas, por la fiabilidad y la ejemplaridad de su comportamiento. No obstante, no es menos cierto que los actos y noticias que han jalonado la trayectoria vital de su padre en los últimos años no le hacen ningún favor. Ver a Juan Carlos I envuelto en asuntos relacionados con paraísos fiscales vuelve a poner el foco sobre el modus operandi real de un hombre al que sus hagiógrafos han tratado de hacerle un perfil idílico y a medida desde la Transición a la actualidad.
Un perfil que, desde luego, no puede escapar a una exhaustiva investigación. Especialmente cuando el primer Rey de España tras la dictadura de Francisco Franco habría ocultado su identidad en asuntos opacos bajo la de su primo Álvaro de Orleans de Borbón así como bajo la del abogado Dante Canonica. Corinna ha llegado a asegurar que ambos testaferros de Juan Carlos I pusieron una propiedad a su nombre sin su conocimiento. Un regalo del sátrapa rey de Marruecos a “Juan Carlos”. Esto no puede quedar así. De una investigación de oficio por parte de la Agencia Tributaria depende buena parte de la credibilidad institucional de nuestro país.