A este paso en las relaciones sexuales será necesario un perito judicial
Como la ley del sólo sí es sí entraba en el terreno de la ambigüedad más absoluta al exigir que todo hombre que tenga relaciones con una mujer pueda demostrar, llegado el caso, que obtuvo un consentimiento expreso de su pareja para mantener relaciones sexuales, la Fiscalía General del Estado se ha esforzado en determinar qué se entiende por consentimiento expreso. El Ministerio Público admite en una circular que la norma conlleva problemas jurídicos y se ha lanzado a interpretar el asunto del consentimiento. El resultado es que la Fiscalía pide castigar a los hombres que, en caso de ser denunciados, se determine que no supieron «explorar la voluntad» sexual de la mujer de forma previa y «diligente». O sea, que la incapacidad del varón para entender si la mujer es o no receptiva al contacto sexual ya tendría una condena penal, según el Ministerio Público.
Para aclararnos -aunque es harto difícil habida cuenta de la interpretación de la Fiscalía-: para que un hombre puede ser declarado o no culpable de una supuesta relación sexual no consentida bastará con que quede en evidencia su falta de destreza en el arte de la seducción previa a las prácticas sexuales. Porque el hecho de que la mujer acepte pasivamente el acto no basta. Tiene que existir un «consentimiento expreso». O sea, que el Ministerio Público reconoce, por una parte, que es muy problemático discernir «qué debe entenderse por consentimiento expreso» y por otra se atreve a sugerir que un hombre pueda ser condenado a pena de cárcel por no haber sido capaz de interpretar la «voluntad sexual de la mujer». «Por consiguiente –indica el fiscal general García Ortiz– deben considerarse no consentidos aquellos actos de carácter sexual realizados por quien, a pesar de no obtener previamente indicios objetivamente razonables del consentimiento de la otra persona, actúa de todos modos, pretendiendo comprobar a través de la reacción suscitada de contrario (de la conformidad u oposición que despierta) si existe o no consentimiento».
Esto ya es delirante: han hecho de las relaciones sexuales un sindiós en el que va a hacer falta un perito judicial.
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