El escandaloso doble rasero de Dolores Delgado

El escandaloso doble rasero de Dolores Delgado

La parcialidad manifiesta de Dolores Delgado ha provocado un clamor en amplios sectores del Ministerio Público, atónitos ante el hecho de que la fiscal general de Pedro Sánchez («¿De quién depende la Fiscalía?… del Gobierno. Pues eso)» haya permitido el interrogatorio al ex ministro español Martín Villa en Argentina por varios episodios sangrientos ocurridos entre 1976 y 1978 en los que hubo 12 fallecidos y, sin embargo, mantenga bloqueada la petición de la Fiscalía de Bolivia para que testifique Pablo Iglesias por los pagos realizados por Evo Morales a Podemos.
El  ex ministro del Interior durante los gobiernos de la Transición Rodolfo Martín Villa ha criticado  la maniobra de Dolores Delgado, que ha permitido que la Justicia argentina le interrogue por su presunta responsabilidad penal en varios episodios sangrientos ocurridos entre 1976 y 1978, en los que hubo 12 fallecidos. Todo ello después de que Delgado decidiera dejar sin efecto una orden firmada por su antecesora en el cargo, Consuelo Madrigal, que se oponía firmemente a la tramitación de comisiones rogatorias relacionadas con la causa abierta en Argentina sobre los crímenes del franquismo.
Mientras Delgado se presta al juego de las falsarias imputaciones de una juez argentina que investiga a Martín Villa por «crímenes de lesa humanidad» -casualmente Baltasar Garzón es asesor de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de Argentina-, la fiscal general de Pedro Sánchez no quiere aceptar  la petición de declaración en condición de testigo de Pablo Iglesias por los pagos a Podemos procedentes del Gobierno de Evo Morales, cuyo abogado es, casualmente, también Baltasar Garzón, amigo estrechísimo de Dolores Delgado. Como se ve, la sombra del ex juez inhabilitado por prevaricación es alargada.

El escándalo adquiere dimensiones colosales, porque la parcialidad de Dolores Delgado y su doble rasero están dañando seriamente la imagen de una Fiscalía General que de la mano de la ex ministra de Justicia está adquiriendo cotas impensables de desprestigio. «¿De quién depende la Fiscalía?». Del Gobierno y de Baltasar Garzón. Pues eso.

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