Dos años después, no hay respuesta: ¿por qué entregó Sánchez el Sáhara a Marruecos?

Sánchez Marruecos

El próximo 16 de abril, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá, a puerta cerrada, para escuchar el testimonio del enviado especial para el Sáhara, Staffan de Mistura, que presentará a los países miembros de este organismo cuáles son las novedades sobre este asunto. Un tema que llevaba años fuera de la agenda oficial de la ONU ya que apenas había cambios sustanciales. Pero esta vez es diferente porque el Gobierno de España, por vez primera, ha expresado al enviado especial para el Sáhara el apoyo de Moncloa al plan marroquí para el Sáhara.

La carta que envió Sánchez en marzo de 2022 va a ser clave en esa reunión, ya que Rabat tiene previsto poner sobre la mesa el contenido de esa misiva como baza definitiva para que se reconozca como suya la propiedad del Sáhara. Es decir, el gran cambio ha venido de España, que rompiendo décadas de neutralidad, secunda ahora las aspiraciones de Rabat. Pedro Sánchez he hecho lo que ningún presidente del Gobierno: echarse en brazos de Marruecos, una decisión que el jefe del Ejecutivo tomó sin encomendarse a nadie, ni siquiera a su partido, y que ha alentado las sospechas de que el súbito cambio de opinión responda más intereses estrictamente personales que a intereses nacionales. El espionaje de su teléfono móvil, presuntamente a manos de Marruecos, acrecienta aún más, si cabe, las dudas.

Lo cierto es Sánchez defendió el plan de Marruecos sobre el Sáhara Occidental como  el «más serio, creíble y realista». A puerta cerrada, en la audiencia de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (Minurso), Mistura presentará a los países miembros de este organismo encargado de la paz en el mundo cuáles son las novedades sobre este asunto. El enviado especial de la ONU lleva varios años manteniendo reuniones con todas las partes implicadas, incluidos actores internacionales de relevancia como España -antigua potencia colonizadora del Sáhara-, pero nunca hasta ahora había escuchado de un presidente español un apoyo tan contundente y cerrado al plan de Rabat.

Aquella decisión, que se tomó para cerrar la crisis diplomática abierta por Marruecos con el asalto masivo a Ceuta, no pasó siquiera por el Consejo de Ministros. De hecho, la opinión pública española la conoció a través de una filtración a medios marroquíes, a quienes la Casa Real de Mohamed VI avanzó el giro histórico en la posición española. La pregunta que Sánchez lleva sin responder después de dos años es ¿por qué?

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